Parados, funcionarios y trenes de la risa

Les digo esto a colación de la última salida de tono del patrón de patronos, Joan Rosell, para quien no hay seis millones de parados, y sobran unos 400.000 funcionarios. Y atento como soy per natura con los débiles, menesterosos y necesitados, acudo en su socorro para añadir el ribete que Rosell no puede, no quiere o no sabe añadir. O que no le dejan añadir. Y que consiste en llamar a las cosas por su nombre aunque te linchen en la plaza pública y en porreta.

Así pues, me atrevo a afirmar que en España no hay seis millones de parados. Claro que no. Hay seis millones de humanos errantes con los que sería más cómodo acabar embarcándolos en trenes de la risa destino Auschwitz. Y no es que sobren 400.000 funcionarios, no. Es que sería mejor contar con ellos como esclavos modernos, donde si dices pío te vas a la calle. Y luego, si insistes, al tren de los seis millones. Lástima de Estado del Bienestar. Así no hay patronal que levante cabeza, mecachis.