Patente de lunes, semana de corso

 

Si arrancara la semana poniéndoles a caer de un burro a los prebostes que han ocupado los informativos del fin de semana seguramente no les aportaría nada nuevo, y además les dejaría con pocas energías para lo que nos queda de travesía hasta el próximo viernes. Así que este lunes quiero proponerles un negociado que seguro les va de perlas para la próxima época de vacas gordas. Que tardará en llegar, pero llegará.

Son ustedes afortunados de vivir en España porque de otro modo el negocio que les propongo entrañaría sus riesgos. Pero aquí les aseguro que es de una normalidad pasmosa. Y en España la ley emana de la costumbre, y no al revés. Para regentar el negocio que les propongo no hace falta haber estudiado. Incluso si son algo mentecatos les irá mejor. Lo único que necesitan es poner cara de póker, arruinar su empresa prestando a mansalva mientras hinchan sus bolsillos y los de sus compinches tabernarios, y cuando la caja está vacía, lloriquear y ponerse roñicas, o ponerse roñicas y lloriquear, que el orden no altera el producto.

 

Necesitarán alguna norma añadida. Poca cosa. Ligera. Algo como que ustedes nunca tienen pérdidas, sino beneficios negativos. O que sus desmanes los pagan todos, y ustedes no devuelven ni un céntimo. Háganme caso, y vayan pensando en hacerse banqueros. En España equivale a tener patente de corso.