Quantitative Easing in UK?

Frente a la opinión de algunos “expertos” de que un Quantitative Easing británico resuelve sus problemas de exceso de gasto público, les muestro un cuadro explicativo de la situación de las cuentas públicas.

 

Traducimos a texto las partes más importantes (recordar que para los anglosajones mil millones es 1 billón):

La deuda se incrementa en un sólo año un 3,8%
Los ingresos por impuestos suben un 3,6% y los gastos corrientes un 5,4%, 43,8 mil millones de libras de ingresos, frente a 55,3 mil millones de gastos.
Ha tomado prestados 106,5 mil millones de libras, lo que representa un incremento el 7,3% en el último año.
La deuda pública se sitúa en 1,11 billones de libras, con una subida del 10% en un año, y se sitúa en el 70,7% del PIB.

O sea, una situación que vengo denunciando para todo tipo de gobiernos y economías en general: no se puede gastar más de lo que se ingresa de forma indefinida. Y el Reino Unido sobrepasa el 70% de su PIB, acercándose de forma rápida a la frontera que los “expertos” consideran de no-retorno, el 80%.

¿Es viable un Quantitative Easing para el Reino Unido?

Siempre se puede acelerar la máquina de fabricar billetes. Eso funciona sin problemas mientras la máquina tenga combustible, haya papel y tinta. El problema es que ¿qué ocurrirá con el país que tiene una de las industrias financieras más potentes del planeta si se dedica a imprimir papeles sin ton ni son?

Y no se trata sólo de una cuestión de confianza de todo el mundo sobre la economía británica, se trata de que por primera vez desde la II G.M., el Reino Unido podría perder su calificación crediticia de triple A.

Si consideramos que en estos momentos una de las partidas que más rápidamente han crecido en su presupuesto es precisamente los pagos de la deuda, que ya representa 4,4 mil millones de libras mensuales, calculándose que para el bienio 2012-13 la deuda total del Reino Unido será de unos 130 mil millones de libras, es decir, unos 10 mil millones más de lo previsto inicialmente para todo el año, el problema básicamente está en que con este elevado endeudamiento, se corre el riesgo de perder la triple A con el consecuente incremento de los costes de la financiación, y por tanto, un problema añadido más para la economía de ese país.

Un problema conocido por todos los países de la periferia europea, y muy conocido por nosotros, con la salvedad de que el Reino Unido tiene moneda propia y puede desarrollar un Quantitative Easing, en principio, sin problemas.

Vamos a ver cómo se desarrolla la economía británica en los próximos meses, pero si se confirman los augurios más pesimistas, veremos por primera vez en la historia reciente europea cómo un país que controla su propia moneda ve empeorar sus costes de endeudamiento de forma significativa por la falta de control de sus propios gastos.

Sobra decir que la puesta en marcha de un “quantitative easing” al estilo norteamericano, empeoraría dramáticamente la situación. Cuestión de confianza.