Rato, los sueldos y el mundo de la política

Le ha tenido que escocer – y es normal – que un su ex pupilo le haya rebajado un 73% el sueldo, y la réplica no se ha hecho esperar. Rato ha sufrido un ataque repentino de ‘cabreus’ y ha salido de su hermetismo habitual para decir esto: "Yo creo que en este país las remuneraciones de los responsables políticos no se corresponden con sus responsabilidades ni son homologables con el resto de Europa”, a lo que añadió sin despeinarse que "esto no es bueno para la atracción de talento ni de personas comprometidas" hacia la política.

¿No son talentosas las personas en el Gobierno? La pillería de Rato va un poco más allá, en su poco afortunado – o no, según se mire – discurso, el presidente de Bankia aseguró saber por experiencia que "la función pública no es lucrativa". ¡Qué importa el compromiso y la responsabilidad de Estado!, esto – evidentemente – lo añado yo.

Decían por ahí que haber sido elegido democráticamente para representar a los españoles, era todo un honor más allá de la retribución que se reciba por ello, bueno el ex ministro no piensa así. De todos modos, el currículum de Rato no ha estado nada mal: director gerente del FMI, director de algún que otro banco francés, presidente de Caja Madrid, BFA y Bankia…

La pregunta que, sin embargo, lanza Rato no está mal planteada, ¿cree que la poca confianza que despiertan los políticos españoles se solucionaría con unas retribuciones más abultadas? O ¿trabajarían mejor los políticos si cobraran más?, esa ya no me suena tan bien.

El dardo envenenado de Rodrigo Rato, se ha dado la vuelta y se ha clavado en su ego. Los ataques de sinceridad están muy bien, pero cuando el repentino ‘cabreus’ – quién lo probo lo sabe – hace aparición, pierden todo su mensaje, envuelto – amigo Rato – en un indeseable cariz de resentimiento.