Un rescate con muchas dudas

No seré yo quien enmiende la plana a los técnicos del FMI, UE, BCE, Banco de España que consideran que con 100.000 millones de euros nuestros bancos van sobrados para capear el temporal. Y digo bancos, porque no quiero entrar a hablar de lo que podría ocurrir con todas las participadas –en especial en el sector inmobiliario- que tienen nuestras entidades financieras y que, en su cartera, tienen ladrillo para aburrir.

En lo que sí puedo enmendar la plana a los técnicos y, sobre todo, a nuestra clase dirigente, es en cuanto a despejar las dudas. 100.000 millones en línea de crédito (rescate) a nuestros bancos es algo muy bueno. Pero los inversores querrán aclarar antes de nada varios aspectos que, creo, son fundamentales para que realmente no quede ninguna pregunta sobre España.

¿A qué tipo de interés van a tener que pagar los bancos la ayuda recibida? Desde la U.E. se habla de un tipo aproximado del 3% o el 4%. Sin embargo, es factible que el Gobierno de España –vía FROB- eleve el tipo para garantizar que, sí o sí, las entidades paguen el rescate. (Y de paso, si se puede, hacer un poco de caja para el Estado.

¿Cuánto tiempo vamos a tener para devolver las ayudas? Si miramos el caso de Irlanda –que recibía 85.000 millones- tiene 15 años para hacer lo propio. Eso sí, el dinero aportado por el FMI (22.500 millones) debía devolverse en tres años. Es decir, antes de 2014.

¿Los tipos de interés van a computar como déficit del Estado? Dado que el Estado es quien recibe el dinero, los tipos de interés deberían computar como déficit del Estado. Sin embargo, en los demás rescates Europa ha eximido de este cómputo, para evitar ahogar a las eonomías rescatadas.

¿Aumentará la deuda pública? La respuesta es un sí rotundo. El Estado recibirá las ayudas en forma de deuda pública y, por ello, el endeudamiento estatal aumentará. Sin embargo, es una situación que no debe preocupar a priori. La media europea terminará –según las estimaciones del Gobierno- será del 91% del PIB, mientras que en el caso de España sería del 79,8%.

¿Cuál va a ser el grado de prelación a la hora de cobrar por parte del Estado? El Tesoro insiste una y otra vez en que no se va a cambiar el grado de prelación de los bonistas. Sin embargo, todo dependerá de la fuente que ponga el dinero encima de la mesa. Si se hace con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (que caduca el 30 de junio) no habría problema alguno. Ahora bien, la cosa puede cambiar con el Mecanismo Europeo de Estabilidad. En este caso la Unión Europea ha querido anticiparse a los problemas, y obliga a que los Estados rescatados hagan prevalecer la deuda europea frente al resto. 

    Este punto tiene que ser aclarado cuanto antes, ya que pueden producirse ventas masivas de deuda española por parte de los inversores, sobre todo extranjeros. Imagine usted que tiene deuda española comprada hace dos años y que, de repente, le dicen que en caso de problemas la prioridad de pago es para la U.E. Pues obviamente no querrá tenerla en su poder y venderá cuanto antes ya que, de un día para otro, hay más riesgo de impago. 

¿Cómo se va a garantizar la devolución de los préstamos a las entidades financieras? Complicado saberlo hasta que las cosas no se aclaren. Si se hace en forma de capital, tal y como reclama Bankia, el FROB –y por ende Europa- pasarían a ser accionistas de las entidades. Por lo tanto, el dinero tendría que salir de la generación de valor y de negociaciones posteriores en bolsa.

¿Hay condicionalidad en el rescate? Como dice la canción, depende. Depende de quién hable. Si escuchamos al Gobierno, no. Si escuchamos a la oposición, sí. Y si oímos a Bruselas, quién sabe. Desde luego habrá exigencias claras y contundentes para el sistema financiero. Pero también para nuestra economía. No directamente, pero sí de forma indirecta. Los “hombres de negro” se van a ocupar de que España cumpla “a rajatabla” con las recomendaciones de la Unión Europea de hace unos días: subir el IVA, bajar el IRPF y las cotizaciones sociales, adelantar la entrada en vigor del aumento de la edad de jubilación, etc.

Todas estas preguntas, como han visto, todavía no tienen una respuesta clara que permita dar garantías a los inversores. Pero ya no sólo es esto, es que aún hay que estar muy pendientes de lo que ocurra con las Comunidades Autónomas y su déficit. La capacidad de financiación de las Autonomías es “hiper reducida” y por ahora no se atisba una solución al problema.

Pero ya no sólo es eso. Los analistas y, por ende, los inversores, no creen que los líderes regionales estén en condiciones de  resolver sus problemas de déficit de cara a este año.

Y por si tuviéramos poco. Por si hubiera pocas dudas sobre España, hay que tener en cuenta otras variables:

Grecia: El domingo se celebran elecciones presidenciales. No hay un ganador claro, aunque se apunta a una victoria de la izquierda anti Europea, que reclama negociar el rescate con los 27.

Italia: Si los inversores tienen dudas sobre el sector financiero de España, no hablemos de los italianos. Sus bancos están muy debilitados, y serán el siguiente objetivo de los mercados.

En definitiva, muchas preguntas abiertas, como para intentar recuperar la confianza de forma inmediata. Este partido, Sr. Rajoy, acaba de comenzar, y no va a ser un camino de rosas.