Mejor les va a las constructoras españolas. Presentan contratos en el exterior por valor de 700.000 millones de euros, una muestra más de cómo la salida a la crisis pasa por la internacionalización de los negocios. Vender en el exterior es la clave, de ahí que el reto en los próximos meses estará precisamente en eso: conseguir que no sólo las grandes compañías tengan visibilidad más allá de nuestras fronteras, también que las PYMES tengan opción de mirar hacia fuera.

Un trabajo en el que tendrá mucho que decir el nuevo Gobierno, pero también la ayuda de las Cámaras de Comercio y las distintas asociaciones. Sin duda, es un reto de gran envergadura, pero no les queda más remedio que asumirlo si queremos lograr que nuestro sector productivo no quede estancado en los próximos años.