Sabor agridulce

A partir de ahora, si no hay visos de pacto cercano, quedarán protegidos por el convenio de ámbito superior. Pero será también tiempo de hacer balance de una reforma que tenía como objetivo crear empleo, pero que deja un cierto sabor agridulce. Es cierto que en los últimos meses se ha creado trabajo, pero en el último año se han destruido 634.000 puestos de trabajo, se ha rebajado el coste del despido, y ha aumentado el número de ERES aplicados, sobre todo por reducción de jornada.

Sin embargo, Mariano Rajoy cree que es pronto todavía para hacer balance de las medidas adoptadas. Insiste en que hay que seguir trabajando, y ya avisa que el siguiente paso será la reforma fiscal. Lo ha dicho en un curso de verano de la Fundación FAES y ante José María Aznar, a quien ha mandado este recadito por las últimas críticas vertidas.

Un Rajoy que, de momento, calla ante las acusaciones vertidas por Bárcenas en el diario El Mundo. El ex Tesorero del PP sostiene que la formación se ha financiado irregularmente durante los últimos 20 años, y que tiene pruebas de ello. Por ahora silencio desde las filas del Partido, y soto voce hay quien reclama que Bárcenas se vaya al juez y le diga esto que ahora publica en la prensa, para que se investigue si es verdad –y lo que es más importante- lo pruebe para que no quede en una mera amenaza sin fundamento. Sea como sea vuelve la corrupción a salpicar al PP, la sombra de la duda, y ante esta situación el Presidente del Gobierno no puede quedarse quieto, Debería salir a la palestra a dar explicaciones contundentes, si quiere recuperar la confianza de una ciudadanía que muestran a la clase política como el segundo problema de este país.

Veremos qué piensan hoy en el Eurogrupo sobre España. Allí se estudiará la evolución de nuestro sistema financiero, pero lo que preocupa sobre todo es Grecia y Portugal. El Gobierno heleno ha alcanzado un nuevo acuerdo para despedir a cerca de 12.500 funcionarios a cambio de más dinero del rescate. Portugal tendrá que explicar cómo queda el nuevo organigrama de Gobierno, después de que Passos Coelho haya dado más peso a los democristianos en la política económica, algo que podría poner en riesgo los avances conseguidos de la mano de la Troika. Veremos si allí se confirma la información que publica hoy El País, en la que habla de que Bruselas prepara otra línea de ayudas para Portugal, pero esta vez sin el Fondo Monetario Internacional.