No sé si recuerdan aquella canción que decía eso de: “Algo se muere en el alma cuando amigo se va”. Porque exactamente eso es lo que empiezan a cantar en Bruselas cuando miran hacia Grecia. Obviamente nadie lo reconoce oficialmente, pero cada vez son más las voces que hablan de una salida inminente del país heleno de la moneda única ante el caos político que vive. Hoy tendremos un nuevo capítulo, en el que comprobaremos si la propuesta del presidente Papulias de crear un Gobierno de Tecnócratas –al estilo Italia- tiene algún tipo de efecto o, definitivamente, hay que ir a nuevas elecciones.

Una incertidumbre que se ha llevado por delante a las bolsas europeas y las primas de riesgo. Fundamentalmente la española (en los 470) y la italiana (en los 424) con el consiguiente aumento del endeudamiento y de tensión en torno a estos dos países. Nuestro Ministro de Economía lanzaba ayer un grito de auxilio y recordaba que España ha hecho los deberes y que, por tanto, ahora le toca responder a la Unión Europea. ¿De qué manera? Poniendo en marcha de una vez por todas los famosos Eurobonos y permitiendo que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera inyecte dinero en los bancos españoles, en lugar de rescatar al país.

Bruselas, para variar, opta por no decir esta boca es mía. Todos esperan a ver si surge mañana la llama entre Angela Merkel y François Hollande –que toma posesión hoy- para decidir. Eso sí, la Comisión ha respondido a De Guindos apoyando la reforma financiera, pero exigiendo que se aceleren los planes para auditar el ladrillo de nuestro bancos, de forma que se disipen dudas cuanto antes. Nueva vuelta de tuerca al proyecto Europeo que cada vez está más cerca de la ruptura, ante la decisión política de llevar al extremo la situación para obligar a los Estados a que cumplan con sus objetivos de déficit.