l grano. Los gestores de Marca España se ponen duros, cual aquellos generales de antaño de cinturón ceñido, pecho henchido y vayan a saber ustedes qué frustración de infancia. Y advierten a las comunidades autónomas que muestren, cito entrecomillado, “muestras de secesión o rebeldía”, y sigo con el entrecomillado, “sufrirán las consecuencias”. Santiago y cierra España, que creíamos que los tiempos del fervor nacional y las conspiraciones judeo-masónicas separatistas habían pasado. Pero no. Aquel del 20-N lo dejó todo atado y bien atado.

Pero claro, uno prosigue su lectura y se encuentra con que la crisis ha aumentado el número de despidos en los que los derechos fundamentales tienen menos valor que la vida humana en México, y se pregunta quién carajo quiere hacer Marca España con semejantes alforjas. Desazón que se incrementa cuando nos presentan como mejor noticia económica del verano que somos mejores que las maracas de machín con el turismo, y que regresamos a las cifras del año 1995. Sí señor, Marca España: paella, playa, sol y toros. Pues yo, por la presente, me declaro en secesión o en rebeldía. O mejor, en las dos al mismo tiempo.