Soliloquio de la Nación

Cuando empezó la crisis, Rajoy era un zombie de la política al que le quedaban dos telediarios en Génova, y Zapatero un hombre de modales, convicciones y con proyección internacional por su acercamiento al futuro presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Hoy Rajoy es un presidente que gobierna sobre improvisaciones creadas sobre mentiras, y Zapatero una china en el zapato de casi todos los españoles, con o sin razón.

Cuando empezó la crisis, no había hipotecas sin pagar, corrupción generalizada, servicios públicos privatizados, reformas laborales hechas a medida, tasas hasta para lo que no es de Justicia pagarlas, y toda la suerte de sandeces que se vienen haciendo de un tiempo a esta parte para contentar a Bruselas y a Washington. Habría dado igual quien gobernara. Las habríamos tenido igual. Y nos habrían engañado igual. Y tildan de Estado de la Nación algo que ni asoma a debate. Es puro soliloquio autocomplaciente. De unos, y de otros.