Mucho te quiero perrito, pero…

Pero a lo que vamos. Dice el Fondo que tocan cinco años más de no ver “fondo” en el tema del empleo. Que la economía sí mejora, pero en plan pasión casta, aquello de “mucho te quiero, perrito, pero amor poquito”. Lo que, sumados a los cinco años que llevamos ya de estafa generalizada y sin embozo, supone diez octubres tomándole el pelo al respetable. O sea, para entendernos: lo siento chaval, no hay trabajo, tú verás si por la mitad de lo que cobrabas hasta ahora… o de patitas en la calle, donde hace mucho frío y de donde no volverás.

La mayor cerdada de todo este asunto es que no tienen la culpa los empresarios. Me refiero a ese 99% de autónomos y pymes que están salvando la cara como pueden todos los días. De los otros, de los grandes, mejor no hablar. Ni ellos, con sus reflejos hipertrofiados que les llevan a considerarse elegidos, ni los mandamases con los que se codean y su desaforada miopía estructural, ni dinasaurios como el sindicalismo con su lengua decimonónica, nos van a sacar de aquí. Así que sigan reinventándose, como puedan. Les quedan cinco años de tragar saliva.