A falta de detalles –que podrían conocerse hoy- los bancos tendrán dos años para llevar a cabo el saneamiento, y tendrán que provisionar hasta el 55% del ladrillo y el 70% del suelo.

¿De dónde va a salir el dinero? La parte principal debe hacerse contra provisiones, otra contra reservas –especialmente en el caso de las sistémicas-. ¿Y aquellas que no lleguen? Pues muy simple, podrán recurrir al FROB, que les dará ayudas al 8%.

Dinero público, por tanto, para un saneamiento que debería haber llegado hace dos años, y que ha retrasado la puesta a punto de las entidades. Algo que, además, ocasiona que el crédito no fluya ni lo vaya a hacer durante este año.

El Gobierno debe garantizar, ahora, que estos cambios ayudarán a que poco la actividad crediticia vuelva y, sobre todo, que el coste para el contribuyente será mínimo.