Tranquilo, majete, que hay más IVA

Según el ilustre e insigne, resulta que la subida del IVA ha sido beneficiosa por las aportaciones de las grandes rentas al erario público. Seguro, si lo dice él que tiene la maquinaria estadística del estadista en sus manos, cómo no creer en su palabra. Si no fuera porque, me permito recordarles, hablar del IVA es hablar de ese impuesto que cuando pasó del 16% al 18% les hizo poner el grito en el cielo, y ahora ronda el 21% y de aquí a nada, ustedes lo verán, el 23%. Es decir, dicho mal y pronto, que la palabra de uno de estos ya viene devaluada.

La carcajada (obvio), es por lo de las aportaciones de las grandes rentas. Esa es una trampa léxica, lógica y matemática de cajón: si ponemos a diez rentas pobres en una joyería, acompañadas de una renta hacendada, pregunta de perogrullo… ¿cuál de las once rentas contribuirá más a la facturación de esa joyería? Pues así, chupando el dedo, viendo por dónde sopla el aire, atosigando a los parados en su nuca, privatizando todo hasta que compremos el aire que respiremos, así es como saldremos de la crisis. La siguiente fase es cosernos a balazos. Pero, como cantaba aquel, tranquilo, majete, en tu sillón. Y no va por el ministro.