Turbulencias en Boeing

Boeing vive estos días agitada por los problemas que están viviendo algunos de los 787 Dreamliner que ha entregado en los últimos meses a aerolíneas de todo el mundo. Si ayer era Japón en donde se suspendían las operaciones de este modelo, ahora son Chile y Estados Unidos quienes paralizan los vuelos hasta comprobar la seguridad del aparato… Unas decisiones que pueden suponer la pérdida de confianza de las aerolíneas en el modelo, y que suponga la cancelación de los más de 800 pedidos que hay en fábrica de cara a la próxima década.

 

No sólo eso. Es que en caso de que, finalmente, las autoridades exijan a Boeing corregir algunos defectos que pudieran aparecer en las investigaciones, esto podría provocar retrasos en las futuras entregas, con la consecuente pérdida económica, pero también de tiempo sobre Airbus. El rival europeo que ya tiene en mente y está preparando la salida del anunciado A350, que amenaza con convertirse en el gran competidor del Dreamliner.

Un modelo que se presentaba como el futuro de la aviación: un avión de pasajeros de tamaño medio, con una eficiencia energética sin precedentes, ya que empleaba un 20% menos de combustible que cualquier otro avión de su tamaño. De hecho se presentaba como el gran salvador del fabricante norteamericano que desde el momento de su anuncio sólo ha tenido problemas. No sólo por las últimas incidencias, sino también antes de salir de la planta de producción, en donde el modelo ya tuvo una variada gama de problemas que obligaron a retrasar las demoras de los primeros pedidos.

 

La situación es crítica ahora mismo en la sede central de Boeing. Evidentemente la seguridad de los pasajeros es lo primero, pero no deja de ser un negocio. Hay quien recuerda que Airbus ya pasó por lo mismo cuando puso en marcha el 380, y ahora vuela sin problemas, pero las aerolíneas y los inversores no lo ven igual. Las primeras invierten millones de euros que no están dispuestas a perder en un momento de crisis en el sector, y los segundos buscan la rentabilidad de su inversión. De momento el fabricante ha perdido en bolsa en la jornada de  ayer un 3.38% hasta los 74.34 dólares la acción.