El Tesoro ha subastado obligaciones a 10 años, se han pagado al 7%. Un tipo de interés insostenible en el tiempo, que lastra las arcas del Estado durante la próxima década. Y lo peor es que el Estado no podía aplazar la subasta de ayer, pues la arrastraba desde el verano. ¿Y ahora qué hacemos?

Enviar señales claras e inequívocas de que estamos dispuestos a hacer lo que sea menester para reducir nuestro déficit público y poner las cuentas en orden. Para eso hace falta que el nuevo Gobierno que salga de las urnas el domingo que viene se ponga a trabajar de inmediato. Como mínimo, dicen los plazos legales, se necesitará mes y medio para la formación del ejecutivo, pero ahora mismo no tenemos tanto tiempo. De ahí que sea esencial que el ganador y Rodríguez Zapatero se pongan a trabajar desde el lunes 21 codo con codo para adoptar las primeras medidas que hagan falta.

Es decir, que una vez pasado el examen de las urnas se acaben los partidismos y las descalificaciones para dejar paso a la “unidad nacional”.