Va tocando ponerse salomónicos

 

Les juro a ustedes que pensaba que la expresión “lógica pepinera” estaba más extendida que la leyenda urbana de que los chinos no pagan impuestos. Pero hete aquí que no. Que preguntado Google por el binomio, me dice que sólo encuentra 7 resultados en el mundo mundial, y los dos primeros firmados por quien estas cosas les dice y con estas letras les tortura a estas horas de la mañana.

Así que me veo en la obligación de dar un tinte de significado. Nada erudito, pero sí un barniz. Dícese que tiene “lógica pepinera” aquello que es de cajón, que de obvio que es no habría de necesitar razonamiento añadido. Es decir, de aquello que tiene una lógica tan simple como la de un pepino: verde por fuera, verde por dentro, y no se olviden de raspar las puntas cortadas con el pepino a medio pelar para quitarle el amargor al invento.

 

Digo lo anterior porque había perdido casi toda esperanza en que nuestros dirigentes tuvieran sentido común. Pero Durao Barroso me ha demostrado que, si bien quizá sentido común es excesivo, al menos sabe qué es la lógica pepinera. Ha dicho, sin decirlo, que deuda financiera y deuda soberana, juntas y revueltas, forman un dislate de los de mear y no echar gota. Vamos, que salvo que alguien tenga interés en que se retroalimenten, va tocando ponerse salomónico. Y nosotros que lo veamos, queridos oyentes. Y nosotros que lo veamos.