Que sea un buen tenista, que lo es, y de los mejores, no es algo de lo que los demás podamos aprender demasiado. Sin embargo si de todos los valores que Nadal nos enseña en cada partido. Algunos de esos valores muy probablemente tengan los 98.256 héroes que en el mes de mayo han abandonado las listas del paro. No entraré en si es estacional o no, de si beneficia más al Gobierno, a la oposición, a los sindicatos o a la patronal. Sinceramente me da igual, lo importante es que, al menos durante el mes pasado, casi cien mil personas han tenido trabajo y antes no lo tenían.
Creo que todos podríamos aprender de nuestro Rafa Nadal. Ahora que las cosas están difíciles podemos fijarnos en él, cómo pelea cada bola aunque parezca imposible y cómo mantiene la fe en sus posibilidades aunque vaya perdiendo. Sueño con que algo así habrán pensado los 98.265 nuevos trabajadores antes de conseguir su propósito. Se habrán levantado al alba para lograr su objetivo, habrán dejado su curriculum en cada una de las empresas, se habrán formado para estar más cualificados, no habrán caído en el desánimo y habrán mantenido la fe en si mismos a pesar de recibir varios noes todos los días. Bravo por todos vosotros, enhorabuena.
Ojalá el mes que viene podamos volver a celebrar que el paro ha vuelto a bajar, que más españoles han recibido su recompensa y que en sus hogares ha vuelto la alegría en forma de un empleo. Deseo que en unas semanas Twitter vuelva a inundarse con la etiqueta #vamosRafa, pero no sólo porque Nadal haya ganado otra vez un torneo, sino porque además miles de españoles hayan triunfado en una de sus batallas más difíciles, volver a trabajar.
