Imposible sin la inversión privada

Fernando Argüello, director general del Foro para la Ingeniería de Excelencia (FIDEX) cree necesario coordinar los intereses públicos y aprovechar los privados. Considera que la intervención de la administración en el sector de la infraestructura  es necesaria pero debe "olvidarse del cortoplacismo" de los políticos. Destaca la necesidad de planificar con tiempo y coordinar intereses del área pública y privada y no hacerlo sólo por intereses políticos. 

Gervasi Aspa, alcalde de Deltebre, coincide con los expertos en que el camino está en la búsqueda de la inversión privada, porque asegura “las de la administración llegan tarde y no son suficientes”. Reconoce que la gestión “suele ser ineficaz” porque lo público ofrece a veces un servicio que “para la privada no sería rentable”.

En la última década ha habido una iniciativa desmedida en inversión en infraestructuras. Juan Carlos Bravo consultor de infraestructuras y presidente de Foraim, cree que el despilfarro ha sido una moda; considera que "cuando ha habido liquidez ha funcionado sin plantearse cómo se iba a devolver ese dinero". “No habrá dinero suficiente si no acudimos a la iniciativa privada”, asevera Bravo. Insiste en que la Administración necesita un cambio, porque hay dinero en otras partes del mundo y las empresas privadas debe competir por el proyecto. Ante este panorama “la administración debe adoptar una actitud activa en esa búsqueda”.

LO QUE QUEDA POR HACER

A juicio de Argüello, España tiene un "tremendo déficit" en depuración de aguas, lo que contiene un componente económico importante que "debemos tener en cuenta" porque nos suponen sanciones importantes desde la UE. "Es una prioridad absoluta", alerta Argüello. Otras necesidades recordadas desde FIDEX pasan por la coordinación de los transportes ferroviario y marítimo, resolver problemas de seguridad vial y mejorar el tráfico de mercancías por ferrocarril.

Para Bravo las administraciones tienen que ser promotores de idea, pero no tiene que estar obligadas a generar el 100% de la inversión. Recuerda, además, que en el Reino Unido ya están promoviendo la concentración de servicios públicos en las ciudades para intentar ahorrar, la diferencia con nuestro país es que allí existe transparencia e iniciativa de diálogo. Bravo asegura que ése es el camino que tenemos que seguir. 

Como ejemplo pone el transporte de mercancías, donde el Estado tiene un papel claro. “Se debe plantear de qué manera se puede hacer rentable este camino desde Algeciras hasta Girona”.

Desde la política municipal asegura que se debe gestionar bien los proyectos destinados a infraestructuras públicas, porque en muchos casos no generan beneficio económico: como es el caso de ciertos aeropuertos y construcciones. Recuerda que queda mucho por recorrer en la gestión de la costa o del agua.

Las megainfraestructuras con las que ya cuentan las diferentes ciudades de España deben servir para reconocer que ha habido una responsabilidad política y técnica. "Ahora la cuestión es cómo somos capaces de cambiar todo esto hacia el futuro", subraya Bravo.

LA INFRAESTRUCTURA COMO AYUDA DE LA ECONOMIA REAL

Aspa pone de manifiesto la necesidad de que la inversión en infraestructura ayude a la economía real. “La inversión debe tener un retorno en el ciudadano”, y el mantenimiento de estas inversiones no pueden supone “un peso excesivo en los impuestos de los ciudadanos”. Aspa advierte de que hay que apostar por infraestructuras mas racionales, donde el interés radique en generar infraestructuras que en su producción y mantenimiento generen riqueza. 

La sostenibilidad no es excluyente al concepto de infraestructuras, advierte Aspa. “Podemos disponer de un mejor calidad de vida y ser sostenibles, porque el progreso no está reñido con la sosteniblidad,sino con las políticas de mal uso. Primero tenemos que ser sostenibles los humanos”, ha concluido.