Rajoy puede salvar del ébola a todo el mundo

Al fin alguien agarra el toro por los cuernos y se moja diciéndonos cuánto nos va a costar la última pesadilla posmoderna, este mal chiste amargo del ébola que nos traemos importado como producto de lujo y que a nada que nos despistemos nos va a hacer pasar a la historia a todos.

Lo dice el Banco Mundial, que me cae un poquito mejor que el Fondo Monetario Internacional pero vamos, nada que nos permita hacernos ilusiones. Los tengo encasquillados desde que en mis años casi imberbes me fui a conocer el otro lado del mundo oficial acampado en la Castellana junto a los predecesores de los que acamparían, 17 años después, un 15 de marzo, en la Puerta del Sol. A lo que iba, que me pierdo. Dice el Banco Mundial que el temita se nos va a poner en 25.000 millones de euros, así, grosso modo, en plan espera que me chupo el dedo y a ver por dónde sopla el viento.

Si solo nos va a costar eso, Rajoy mismo nos puede conseguir mañana los 25.000 millones de boniatos que el mundo entero necesita. En su momento se sacó de la chistera casi 100.000, o sea cuatro veces más, y convenció a un montón de tertulianos, portavoces políticos y otras anomalías del intelecto de que aquello no era rescate, sino préstamo blando. Luego con aquello hizo cosas raras, como recortar en Sanidad, que dicen ahora, entre otras cosas, que nada tiene que ver con lo de la auxiliar de enfermería de La Paz y su perrito con nombre de película medieval, Excalibur. O Excálibur. Que ambas son correctas.

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