Rajoy rotundo con el déficit: "si. España va a cumplir"

El Presidente insiste en la necesidad de continuar con las reformas y la consolidación fiscal

«Sí. España va a cumplir», así, a la española y con la rotundidad que merecía la ocasión, contestaba el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la desconfiada Bruselas sobre el cumplimento de los objetivos de déficit para este año. Evitando dar cifras exactas Rajoy, que ha participado este mediodía en el Foro ABC, explicaba que «a final de año estaremos por debajo de la mitad del 9,1 por ciento déficit que heredamos cuando llegamos al Gobierno«.

Seguridad que ha justificado por la continuidad en las políticas de control de gasto así como por el aumento de la recaudación a un ritmo próximos al 7 por ciento, «lo que está por encima de lo que presupuestamos para este año».

Respecto a las dudas que han suscitado los presupuestos entre los miembros de la Comisión Europea, el presidente del Gobierno afirmaba que «el año pasado también las tenía» pero que finalmente se demostró que se cumplieron los compromisos.

La política económica puesta en marcha por el Gobierno del Partido Popular ha sido precisamente el eje central del discurso de Mariano Rajoy. Haciendo un guiño a la agencia de calificación Standard & Poors por la mejora de la calificación de la pasada semana (de BBB a BBB+), el Presidente ha ratificado que España crecerá un 3,3 por ciento del PIB este año y un 3 por ciento el año próximo así como que «la economía española está en condiciones de mantener este ritmo de crecimiento» hasta 2018.

En lo que ha parecido la antesala de las líneas sobre las que girará la campaña electoral, también ha adelantado que el crecimiento será compatible con la reducción de la deuda pública «que es muy necesario», y que «si se mantiene el rumbo» el año que viene España registrará superávit primario. Desde el Gobierno se confía en mantener «un superávit externo al menos hasta 2018».

Rajoy ha destacado los parabienes del «ambicioso plan integral de competitividad que ha permitido que, por primera vez, arranquemos un ciclo económico de expansión sin devaluar nuestra moneda». Estrategia que tiene como resultado «la cosas nuevas que están pasando» entre ellas el aumento del 30 por ciento de las empresas exportadoras, el crecimiento paralelo de la demanda interna y externa y el control de la inflación «por debajo de la alemana y la de nuestros socios del euro, lo que nos permite ser más competitivos y, a la vez, aumentar nuestro poder adquisitivo».

Tendencia que «si se hacen las cosas bien y se impone el sentido común» tendrá continuidad el próximo año, aunque «no es fácil». Para ello «hay que continuar con las reformas y seguir haciendo un esfuerzo de consolidación fiscal», ha apostillado. Ahora bien, a pesar de ello la intención del Gobierno es «trabajar para bajar todavía más los impuestos».

Empleo y cambio

Los cambios que se están dando en el modelo económico y productivo de España han tenido como resultado la creación de empleo a «un ritmo desconocido», lo que de repetir mandato sería, de nuevo, uno de los faros de guía en las políticas del Gobierno. En este sentido el presidente del Gobierno se ha mostrado convencido que en los próximos cuatro años se puede alcanzar «ese horizonte de 20 millones de personas trabajando», un objetivo que, por otra parte, tiene como telón de fondo garantizar «los pilares del estado de bienestar».

Asimismo ha criticado a los que se limitan a hablar del cambio de Gobierno pero no del cambio de país, «el que (entre otras cosas) ha devuelto el crédito a las pymes , ha dado tranquilidad a los pensionistas y ha permitido a tantas empresas mejorar su cuenta de resultados». En este sentido no ha dudado en alertar de los riesgos que supone para la economía y la sociedad española revertir las reformas «cuando veo a algunos denunciando que van a dar marcha atrás con las reformas no se de qué estamos hablando. Hay que continuar con las reformas».

Y ha proseguido lanzando dardos a la oposición en la que le gustaría que «hubiese gente seria, como en Portugal, que apoyase al partido más votado». Respondiendo a una pregunta sobre la irrupción de los nuevos partidos de izquierdas en algunos municipios y comunidades autónomas ha sido claro «no han aportado nada positivo», y se ha lamentado de decisiones como la paralización de las inversiones, especialmente en el sector turístico, impulsada por las alcaldesas de Barcelona, Ada Colau y Madrid, Manuela Carmena. «Conviene trasladarse a la realidad y no trasladar la realidad de las cabezas», ha criticado.

Corrupción 

Una de las cuestiones que quizá más ha sorprendido por lo novedoso es el agachar la cabeza ante los procesos de corrupción que «nos han castigado más que la gestión de la crisis». Tras destacar la «independencia» de las instituciones y cuerpos de seguridad del Estado en los procesos, Mariano Rajoy ha reconocido que «pudimos haber sido más rápidos y diligentes en un tema tan doloroso y difícil».

Tampoco han faltado menciones a Cataluña para la que ofrece «colaboración, desde la lealtad», mostrando además su compromiso para «recomponer la fractura que se ha abierto en la sociedad catalana».