Syriza volverá a gobernar con la ayuda de ANEL

Pese al poco entusiasmo, reflejado en el 45 por ciento de abstención (y contra el pronóstico fallido de las encuestas -una vez más), el pueblo griego refrenda a la izquierda de Syriza liderada por Alexis Tsipras premiando su tenacidad incluso después de haber aceptado las duras condiciones del tercer rescate que acabaron siendo peores que las sometidas a referéndum.

Con el 35,47 por ciento de los votos (145 diputados – 4 menos que hace 7 meses-) Alexis Tsipras gobernará en coalición con ANEL, el partido de los griegos independientes, liderado por Panos Kammenos que ha obtenido 10 escaños frente a los 13 de enero. Parece ser que la coalición con ANEL no le ha pasado factura a Syriza y por eso repetirán binomio formando un tándem de fuerzas opuestas que, sin embargo, refuerza el sentimiento nacionalista. Así lo anunció anoche Tsipras en la céntrica plaza de Syntagma, desde donde celebró el resultado de las elecciones. Unos resultados que a su juicio constituyen un claro mensaje a la izquierda europea. “Hemos ha ganado una batalla dura y me siento premiado. A pesar de la dificultad, los griegos han votado para anteponer sus derechos. Hoy en Europa Grecia es sinónimo de lucha y dignidad”, decía Tsipras que aseguraba que Syriza es “muy dura para morir” y que trabajará desde este lunes para apoyar a los más débiles.

En segundo lugar con 75 diputados y el 28 por ciento de los voto la derecha de Nueva Democracia -con Vangelis Meimarakis al frente- no ha conseguido superar a Syriza. Lo que ha dejado claro -una vez más -que las encuestas en Grecia fallan y que los griegos huyen de los partidos que recuerdan la corrupción, el nepotismo y despilfarro. La formación integrada en el Partido Popular Europeo ya ha anunciado un congreso extraordinario en primavera para elegir presidente. La misma noche electoral cuando el escrutinio vaticinaba su derrota, Meimarakis llamó a Tsipras para felicitarlo y recordarle que seguía en pie su propuesta de un Ejecutivo compartido para cumplir con las medidas antisociales firmadas con la Troika.

La sorpresa de nuevo la ha dado Amanecer Dorado, tercera fuerza más votada, que ha subido un escaño hasta los 18 asientos. Los neonazis- con la cúpula en el banquillo por organización de banda criminal- ganan apoyos entre los jóvenes pese a que su líder asumió la semana pasada la responsabilidad política en el asesinato de un rapero antifascista hace dos años.

Sorpresiva -también- la entrada en el parlamento de Unión de Centristas, un partido fundado en 1992 que se estrena con nueve escaños en el hemiciclo heleno. Nadie sabría decir cuál es la política que llevará a cabo la formación liderada por Vasilis Levendis, que ha presentado una lista de candidatos en la que aparecen seis de sus familiares directos y otros tantos sin experiencia política alguna.

No menos sonado ha sido el fracaso de Unidad Popular en estas elecciones. La formación resultado de la escisión de Syriza, y apoyada por el famoso ex ministro de finanzas Yanis Varoufakis no ha conseguido el tres por ciento (se ha quedado en el 2,86 por ciento) necesario para entrar en el Parlamento. Este hecho es considerado por muchos analistas un triunfo de Tsipras por haber revalidado la fortaleza y la estabilidad dentro de su partido apartando al ala más radical liderada por Panagiotis Lafazanis.

Quienes han mejorado sus cifras son los socialistas del PASOK (en coalición con Dimar y con Fofi Gennimata a la cabeza) al obtener 17 escaños, cuatro más que en enero.

Los comunistas del KKE se mantienen al haber obtenido 15 frente a los 14 anteriores, mientras que el partido To Potami, liderado por el periodista Stavros Theodorakis, ha perdido fuelle bajando hasta los 11 asientos en el Parlamento desde los 17 diputados.

Si se observa el mapa electoral se puede observar como la mayoría del territorio se tiñe del rojo de Syriza salvo las conocidas como tres patas del Pelóponeso (histórico feudo conservador), las regiones que hacen frontera con Macedonia y Albania, otras regiones del interior de la Península y las islas de Chíos y Lesbos. Por su parte, en la isla de Kos (una de las que mas recibe refugiados sirios en la actual crisis migratoria junto a las anteriores) ha prevalecido el voto de Syriza aunque ha sido importante el aumento de votantes que ha registrado Amanecer Dorado.

¿Por qué de nuevo Tsipras?

El sentir de los griegos es el de una clara resignación y desilusión (reflejado en el 45 por ciento de abstención y en que muchos decidieron su voto en el último momento). Los ciudadanos helenos vuelven a elegir a Tsipras por ser el primer ministro que les han consultado a través de las urnas cada paso que ha dado; porque saben que las alternativas son peores y entrañan una política de corrupción que no quieren; porque promete garantizar ayudas a los más débiles y porque abandera la honestidad y la transparencia y se ayuda de un fuerte sentimiento nacionalista que refuerza con la coalición con ANEL.

Lo votan para ganar estabilidad y para recordar que los griegos defiende sus derechos. También con el objetivo de que tarde o temprano suavice alguna de las medidas acordadas al menos en lo referente a la deuda.

El reto de Tsipras

Se espera que el miércoles se forme el nuevo Gobierno con un posible escenario de una mayoría parlamentaria de 155 escaños, registrando siete menos que en el mes de enero.

El nuevo Ejecutivo tiene 4 años por delante para implementar las medidas del Memorándum. Tsipras tiene poco margen de maniobra pero muchos son los griegos que creen que si algo puede pelear todavía es la reestructuración de la deuda. “Ésa es la única cuestión, si ellos van a hacer algo con la deuda griega. Si Syriza gana con una gran diferencia seria lo mejor para nosotros” decía una griega durante el escrutinio y antes de conocer que Syriza tratará de negociar este asunto con Bruselas entre octubre y noviembre, según anunciaron fuentes de la formación durante la noche electoral.

Más de una treintena de estrictas medidas reflejadas en el Memorándum (MoU) que pasan por fuertes recortes, nuevas subidas de impuestos y privatizaciones. Unos requisitos imprescindibles que desde Bruselas piden se implementen con la mayor celeridad posible para completar la ayuda que ascienden a 86.000 millones de euros en tres años.

Algunos datos económicos

Las elecciones han costado tres millones de euros. Desde que tuvieron lugar las elecciones de enero, en las que Alexis Tsipras salió vencedor, la bolsa griega ha caído un 15 por ciento y la deuda pública ha caído levemente en 15.567 millones hasta situarse en los 301.527 millones. Una cantidad que asciende al 168,80 por ciento del PIB en Grecia y es menor al 177,10 por ciento registrado en el cuarto trimestre de 2014.

Por su parte, la tasa de paro sigue prácticamente igual en un 25,2 por ciento (26 por ciento en 2014 y 27,4 por ciento en 2013). El salario mínimo continúa en 683,76 euros pese a que Tispras prometió subirlo en su primer mandato.

Otro de los aspectos que más ha perjudicado a la economía griega ha sido la fuga de capitales. Hasta la imposición del corralito a comienzos de verano los ciudadanos han sacado del país más de 40.000 millones de euros.

María Serrano, corresponsal en Atenas

@Maria_Serrano_