Turismo en alerta roja

Las tasas, moratorias y alquileres no reglados ponen en peligro un sector que este verano marcará nuevos récords

Se están cargando la actividad turística”, así de contundente se mostró José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, durante la presentación, el pasado 16 de julio, del informe trimestral Perspectivas turísticas: valoración empresarial del segundo trimestre de 2015 y perspectivas para el trimestre del verano y el conjunto del año.

Las decisiones ‘del cambio’ que están siendo tomadas por algunas administraciones locales y autonómicas como Madrid y Barcelona, ponen en riesgo el futuro del sector que hoy por hoy aporta a la economía española más de 115.000 millones de euros, supone el 10,9 por ciento del PIB y sólo durante el segundo trimestre del año ha creado 73.820 nuevos puestos de trabajo. Y es que de continuarse con políticas “crípticas, inconexas y contradictorias”, que favorezcan entre otras cosas la afloración de alojamientos turísticos no reglados, según Exceltur, el sector dejará de ingresar de aquí a 2018, la friolera de 2.250 millones de euros, se generarán 39.800 empleos menos y se perderán 742 millones de ingresos fiscales.

Eso sin contar el impacto que se puede producir en las inversiones por moratorias como la aprobada por Ada Colau, alcaldesa de la Ciudad Condal, por la que ha paralizado durante un año la concesión de licencias hoteleras. O bien por la aplicación de unas tasas turísticas que por no quedar garantizado su uso finalista -que en génesis debería revertir en mejoras para el sector- “se han convertido en impuestos puros y duros”, afirma Zoreda.

Competencia desleal

La demanda de alquileres turísticos no reglados o alquileres de viviendas particulares se ha intensificado durante los últimos cuatro años hasta llegar a crecimientos del 18 por ciento en lo que llevamos de año. Si bien esta fórmula ha podido ser la tabla de salvación para algunas familias durante la época de crisis, lo cierto es que se han convertido en competencia desleal frente al sector hotelero, del turismo rural, campings, etc… Y es que este tipo de viviendas no pagan impuestos, es decir, se encuentran inmersas en la economía sumergida, y por tanto no ofrecen ningún tipo de garantías al turista, con la consecuente pérdida del factor calidad.

Los primeros efectos de este boom que “afecta a la esencia profunda del sector turístico español” y cuyas principales víctimas son los turistas extranjeros ya se han empezado a notar. Entre enero y abril de este año, a pesar del 4,4 por ciento de incremento en llegadas de turistas internacionales a España, los ingresos apenas se han incrementado un 2,6 por ciento en volumen, lo que en términos internanuales supone una caída del 1,9 por ciento.

Desde el Gobierno se ha tomado cuenta de esta situación que podría ser determinante para la evolución del turismo en España durante los próximos años. Durante el Consejo Sectorial del Turismo, celebrado a principios de año, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, urgió a las Comunidades Autónomas a homogeneizar una normativa que evitase la competencia desleal en esta materia y favoreciese un sistema de convivencia entre ambos modelos. Por el momento no hay avances, por ello desde la patonal piden al Ejecutivo “una respuesta homogénea a nivel nacional que evite jugar a algunos en un marco desleal y desigual”.

Buenas cifras

A pesar todo este maremagnum de incertidumbres a las que se enfrenta el sector y a que, según explican desde Exceltur, “cada día son más las consultas del exterior que nos llegan preguntándonos si se va a continuar con políticas de apoyo al sector turístico”, la temporada de verano volverá a marcar récords.

Según las previsiones del Gobierno, el número de pernoctaciones a finales de verano crecerá un 20 por ciento con respecto a 2014. Asímismo la ocupación alcanzará un 90 por ciento en las zonas de costa, un 80 por ciento en alojamientos del turismo rural y un 70 por ciento en el interior.

A ello se añade que mejoran las expectativas de ventas para el tercer trimestre del 60 por ciento de los empresarios del sector, que en el 44,8 por ciento de los casos tendrá como resultado una mayor rentabilidad que la obtenida en el mismo periodo de 2014.

Por otra parte todos los indicadores apunta a que el turismo continuará con los ritmos de crecimiento del 5 por ciento que se llevan dando desde que se inició 2015. Gracias en gran medida al incremento de la demanda nacional. Según Exceltur el número de pernoctaciones hoteleras de turistas españoles creció entre enero y mayo a un ritmo del 6,5 por ciento, mientras que el de extranjeros lo hizo al 2,4 por ciento.

Unos datos que se verán favorecidos por el crecimiento del nivel de consumo en los hogares, beneficiado por la rebaja del IRPF, la depreciación euro – dolar, los bajos precios del petróleo y la inestabilidad geopolítica de los países del norte de África, que favorecerán la afluencia de turistas a España.

De hecho desde Exceltur, ya apuntan a un crecimiento del PIB turístico del 3,6 por ciento a cierre de 2015, dos décimas superior a la estimada en el segundo trimestre del año, y cinco décimas por encima a las de crecimiento del conjunto del PIB nacional.

Dichosas tasas

La tasa turística en Madrid podría convertirse en una realidad a partir de 2016. “Es una de las tasas que entra dentro de lo posible”, afirmó el pasado 13 de Julio el concejal de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato. El sector turístico daba entonces la voz de alarma ante una polémica que tiene como telón de fondo no tanto el sobrecoste que puede generar al usuario como el fin al que se destina. En teoría la recaudación debería reinvertirse en el sector en acciones de promoción y mejora de la competitividad. Sin embargo, ni en el caso de Barcelona – donde se llevan aplicando desde 2012- ni en el de Madrid “queda clara la contrapartida por parte de la Administración”, explica JL Zoreda. A este respecto, Miguel Mirones, presidente del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), en declaraciones a Diario Financiero afirmó que cualquier medida que afecte al sector “necesita acompañarse de una memoria económica y de un análisis jurídico. A partir de ahí iniciar un debate, con la participación del sector, en el que la finalidad quede claramente definida”. No obstante “es delicado castigar al turismo con tasas e impuestos que pueden suponer tirar por tierra la competitividad del sector”, apostilló Mirones.

Beatriz Triper