Una joven con síndrome de Down, elegida para una mesa electoral del 25-M

Isabel García Sánchez-Escalonilla, una joven manchega de 28 años con síndrome de Down, madrugará este domingo para cumplir con sus obligaciones como segunda suplente de segundo vocal en una mesa electoral en Fuensalida (Toledo). Esto es posible gracias a que la Audiencia Provincial de Toledo restituyese su derecho al voto en 2011.

Según explicó a Servimedia Miguel García, su padre, la joven ha recibido la notificación de la Junta Electoral «con normalidad». Isabel había perdido el derecho al voto cuando sus tutores pidieron la incapacidad para tener la tutela jurídica en 2007. Pero se encontraron «con la súper desagradable sorpresa de que le habían quitado el derecho de sufragio».

Los progenitores recurrieron la decisión administrativa, porque ‘Chabeli’, como la llaman cariñosamente, había acudido a las urnas con anterioridad y estaban seguros de que está perfectamente capacitada para elegir a sus representantes políticos. Entonces comenzó «una lucha» que se prolongó durante casi cuatro años.

En su fallo, la Audiencia Provincial de Toledo consideraba que si bien ‘Chabeli’ es dependiente de su familia «en la esfera económico patrimonial, se estima que es innecesaria la privación expresa del derecho al sufragio, al considerar que dicha persona (?) ha logrado unos niveles de aprendizaje, obteniendo incluso el título de Bachiller, que le habilitan para el desenvolvimiento autónomo», afirma la web del Servicio de Capacitación (CECAP), al que pertenece la joven.

«Estamos contentos porque de lo que se trata es de que haya una total y absoluta normalidad, porque ella lo que está haciendo es, como cualquier persona, cumplir con su trabajo, es independiente totalmente. Desde que nació hemos pretendido que sea normal y autónoma», agrega el padre.

De hecho, además de estar graduada en la ESO, Isabel sabe perfectamente escribir y leer, posee conocimientos de matemáticas y está al tanto del procedimiento que ha de seguir si finalmente tiene que ejercer en la mesa electoral. «Se vale perfectamente, lo acepta como uno más y ella se lo toma con total naturalidad», agrega el padre a Servimedia.

VIDA NORMAL

La noticia, según Miguel García, ha provocado que su teléfono no deje de sonar y que los compañeros de trabajo de ‘Chabeli’, que digitaliza datos en una empresa con trabajadores con discapacidad, le dicen: «¡Qué bien, ‘Chabeli’, qué bien!», dejando entrever que les gustaría también a ellos tener esa posibilidad.

Cada día, Isabel se levanta a las siete menos cuarto, se asea, se viste y desayuna para tomar un autobús hasta Toledo, donde desde hace siete años le espera su puesto de trabajo gracias su pertenencia al Servicio de Capacitación (CECAP) ayudada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Cuando termina la jornada emprende el viaje de regreso de nuevo en transporte público hacia Fuensalida.

Isabel también tiene una vida lúdica totalmente integrada, pues acude a clases de dibujo y pintura, le gusta montar en bicicleta y escuchar música. Por eso, su padre subraya que la del próximo domingo podría ser «una responsabilidad más», aunque para él «la normalidad no tendría que ser noticia».

UN CASO PARTICULAR

Andrés Martínez, presidente de CECAP, también aplaude que Isabel tenga la posibilidad de formar parte de una mesa electoral. «Para nosotros es una ilusión tremenda, porque con esto nuestro trabajo tiene sentido, que no es otro que ayudar a la persona a conseguir sus retos y metas», dijo a Servimedia.

Martínez subrayó, con cautela, que el caso de la joven es «particular»: «Hicimos un balance de sus potencialidades y ‘Chabeli’ cumple perfectamente con la exigencia del puesto o de la situación a la que se enfrenta».

De hecho, el presidente de esta entidad que presta sus servicios a 175 personas con discapacidad y sus familias en la provincia de Toledo, también se muestra esperanzado ante otros retos que tiene la joven, como independizarse. «Lleva una vida totalmente autónoma y normal», insiste. También valoró que la justicia haya sido flexible ante este caso en un momento de «revisión del marco jurídico, que todavía sigue siendo bastante rígido».

«Ella está diciendo todo lo contrario a lo que diríamos cualquiera: ¡Menos mal que me han cogido!, por el sentimiento de utilidad que ella tiene. Y, además, para los que viven esta realidad esto es un paso adelante», sentencia.

Fuente: Servimedia