Venezuela pide establecer un precio mínimo para el barril de crudo

La tendencia a la baja de los precios ha llevado al país bolivariano a solicitar a sus socios la imposición de un precio mínimo que se ubique entre los 70 y 80 euros por barril

La Organización de Países Exportadores de Petróleo –OPEP- se reúne en su sede central en Viena. Un encuentro que tendrá como objeto tratar la propuesta de Venezuela –uno de los miembros fundadores- de mantener un «petroprecio» mínimo por cada barril de esta materia prima que se sitúe entre los 70 y 80 dólares y que se traduciría en una reducción generalizada de la producción internacional. A la asamblea, aunque no es vinculante, acudirán representantes de las naciones productoras de crudo –incluidas algunas que no forman parte de la organización supranacional; como Rusia, México, Brasil y Colombia.-.

El contexto en el que se celebra esta reunión es de descenso general en el precio del barril de crudo de esta organización. En los dos últimos meses el valor medio no sobrepasa los 50 dolares. Por ello, Venezuela, un país del que el 95% de sus divisas proceden del petroleo, pretende con esta petición recuperar parte de los ingresos que vienen perdiendo en los últimos años. Con esta situación, el  presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se expresaba en estos términos: «Un precio mínimo de 70 dólares por barril garantiza las inversiones necesarias para la continuidad de la producción de hidrocarburos a escala mundial y pondría fin a la inestabilidad del mercado petrolero, que hace daño a la economía de las naciones productoras».

En este punto, cabe recordar que esta organización está bombeando en la actualidad 31,57 millones de barriles diarios, por encima de los 30 millones que en un principio se impuso como límite. Así, está contribuyendo al descenso generalizado de los precios a nivel mundial. Por esta razón, el país suramericano se está movilizando en los últimos meses en aras de frenar la situación y ya ha celebrado una serie de giras internacionales -dos de ellas de carácter presidencial- con otras naciones socias en la entidad supranacional y otras que no forman parte de la ella.

El petrolero es un sector primordial para la economía del país latinoamericano, pero que no ha sabido gestionar en los últimos años. “Venezuela tiene cada vez un peso menor en la OPEP. El petróleo venezolano es de muy baja calidad y debe ser mezclado con otros petróleos mejores para mantener la calidad, además el país ha invertido muy poco en infraestructuras básicas para mantener el ritmo de producción”, asegura Kamal Romero, profesor de economía en la Universidad Cardenal Cisneros de Madrid. «PDVSA -que ha acudido al encuentro celebrado en Austria- «se ha preocupado más en los últimos años en hacer política, antes que preocuparse en los problemas reales de producción» apuntilla el experto.

De hecho, el propio Romero, asegura que la petición venezolana para establecer un precio mínimo es una “Madurada”, ya que “Arabia Saudí es el país de la organización que siempre ha tenido un papel protagonista. Su petróleo es el de mayor calidad y además tienen una facilidad para su producción con la que no cuentan el resto de naciones. El problema para Venezuela es que al país árabe no le interesa que suba en la actualidad el precio del crudo, ya que manteniendo el valor actual pueden hacer daño a Rusia y Estados Unidos”.

La OPEP fue fundada en la década de los años 60 del siglo XX en el contexto de la Guerra Fría e impulsado por Venezuela. En la actualidad, se ha convertido en una de las organizaciones que más producen del mundo. Entre sus miembros, se encuentran Arabia Saudí, Egipto, Venezuela, Argelia, Angola, Ecuador, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y los Emiratos Árabes.

Consecuencias

Este fenómeno tiene una repercusión final en nuestro país, ya que el 50,7 por ciento del petróleo importado en el año 2015 en España proviene de esta organización supranacional. Entre los principales exportadores de estos países miembros, se encuentran Nigeria, Arabia Saudí y Angola, entre otros. Aunque hay que recordar que el precio final de la gasolina no lo marca solo el precio del barril de crudo, sino que los impuestos implantados por los distintos gobiernos al producto complementan el coste. Por ejemplo, en Reino Unido las tasas componen un 60 por ciento del precio final y en Italia casi llegan a ese porcentaje, lo que se traduce en pagar un euro con 23 céntimos del total más en la factura por cada litro pagado.

Por su parte, el barril de Brent –que marca los precios en Europa- ha vuelto a caer y cotiza a 48,750 dolares, un descenso del 0,3  por ciento en el Intercontinental Exchange Futures -ICE- de Londres. A pesar de esto, su precio se sigue manteniendo por encima del promedio de la OPEP -como es habitual por su mejor calidad media-. Esta materia prima se extrae de los pozos petrolíferos del mar del Norte y es uno de los crudos más livianos que existen aunque se sitúa por detrás del West Texas Intermediate -WTI, extraído en Estados Unidos.

Adrián C. D´Aniello