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10 consejos para no perder a tu hijo en la playa

Son las 15h de un caluroso día de verano, la familia Sánchez acude con sus hijos a la playa para disfrutar del periodo estival. Juegos acuáticos, helados y placeres veraniegos se ven súbitamente rotos por un imprevisto; los padres han perdido el contacto visual con su hijo de 7 años. Nervios, tensión y ansiedad dominarán un escenario que se repite con angustia decenas de veces al día durante las jornadas de más fluencia en las playas.

En España existen 3463 playas registradas en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. En la mayoría de casos se trata de alertas que terminan en un susto ya que las situaciones de extravío suelen prolongarse por un promedio de tiempo que oscila entre 15 y 30 minutos afirman los socorristas. Los padres viven con gran estrés estas situaciones imaginando y proyectando el peor de los escenarios. El fenómeno del niño perdido se intensifica cada año ante la llegada de la época estival, afirma Francisco Canals, autor del reportaje. Las playas más bulliciosas son el escenario clásico, en las más grandes pueden llegar a concentrarse más de 4.000 bañistas en menos de 3 kilómetros en un país, España, en el que más de 1.000.000 de ciudadanos se desplazan a las playas en los días punta de verano. La Cruz Roja registra cada temporada 2.500 desapariciones pero el dato global podría ascender a más de 10.000 al año ya que la vigilancia de cada playa corre a cargo de distintas organizaciones. En algunas comunidades se pierden 4 niños al día mientras que en zonas de gran afluencia playera como la Costa Brava, la Costa del Sol o la Costa Dorada la cifra supera con facilidad los 10 niños diarios.

Las autoridades suelen activar el protocolo del niño perdido, un procedimiento ampliamente implantado en toda España mediante el cual se recogen todos los datos que el menor sea capaz de facilitar. A continuación se utiliza la megafonía para avisar a los padres y si el niño no aparece en 60 minutos se llama al 112 algo que no suele ser necesario ya que la mayoría de niños aparecen antes de media hora. Distintos ayuntamientos intentan evitar el fenómeno repartiendo, cada año, miles de brazaletes identificativos resistentes al agua.

Francisco Canals, divulga, un decálogo de consejos; es importante dejar al menos a un familiar junto a la toalla para que el niño les pueda localizar en caso de que logre regresar por sus propios medios. Es conveniente buscar al niño en la dirección del oleaje ya que es frecuente que los menores con flotadores sean desplazados por la corriente, cuando salen del agua en línea recta están totalmente desorientados al sufrir el desplazamiento lateral. Otro consejo útil consiste en buscar en dirección contraria al viento ya que los niños buscan, instintivamente, el contacto del aire y la brisa contra la cara lo cual les da tranquilidad. Es importante llamar a la Policía o a los socorristas más cercanos y hablar con el niño antes de acudir a la playa indicándole un punto de encuentro en caso de que se pierda. Por último Canals recuerda que no es tan importante permanecer pegado al niño sino más bien no perder el contacto visual con él. El fenómeno ha dado pie a toda una industria, en la actualidad se comercializan todo tipo de pulseras electrónicas, geolocalizadores e incluso pulseras con códigos QR que permiten a cualquier otro bañista obtener el teléfono móvil de los padres escaneando la pulsera con cualquier Smartphone.

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