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Talento y actitud. Pareja de ases

Hay una leyenda urbana que circula desde hace tiempo entre los seleccionadores y reclama injustamente decantarnos por el candidato perfecto en función de su formación o en función de sus Talentos. Dicho de otro modo: llegados a la fase en la que tenemos a dos candidatos finalistas que encajan tanto en el puesto de trabajo vacante como con las expectativas de la empresa cliente, ¿por quién debemos decidirnos: por el candidato que tenga más Talentos o por el que tenga mejores Títulos? Mi respuesta es que Talento y Actitud son la pareja ideal y deben ir de la mano.

El mayor reto al que nos enfrentamos es saber detectar el Talento en la persona que tenemos delante pero, por encima de todo, ver el potencial que tiene. Retomando la archiconocida frase financiera que habla de rentabilidades pasadas y futuras, algo parecido ocurre en el ámbito del Talento: «experiencias pasadas no garantizan experiencias futuras», pero ayudan, añadiría yo.

En un mercado global como el actual, el Talento y la Actitud son el tándem perfecto y eso se refleja en competencias como éstas:

Empatía: es indispensable saber describir perfectamente al cliente. Tener claro cuáles son sus principales preocupaciones, saber qué escucha, qué le interesa, cuál es su entorno. En definitiva, conocer lo máximo posible acerca de nuestros clientes para crear propuestas que realmente le aporten valor.

Inteligencia Cultural: la Inteligencia Emocional de Goleman ha dado paso a otro tipo de Inteligencia más centrada en el negocio: la Inteligencia Cultural. Me refiero a la habilidad para reconocer, leer y adaptarse a otras culturas, detalles y gestos a veces imperceptibles para ser más efectivos a la hora de trabajar y de negociar con personas de otros países.

Creación de comunidades: los proyectos que están creciendo más rápidamente tienen un denominador común: una comunidad. Pensemos en la importancia que tiene crear comunidades para conocer mejor al cliente, para establecer un canal directo de comunicación con él y empezar a definir patrones de conducta.

Consumo colaborativo: otra de las grandes actitudes valoradas por los reclutadores y asesores de Talento. Lo principal es la evolución que está produciéndose en el concepto tradicional de compartir, intercambiar y alquilar para introducir un componente clave como lo es la tecnología y la comunicación a través de diferentes canales.

Innovación: la capacidad para innovar, para salirse de los caminos establecidos a la hora de aportar soluciones a problemas concretos y complejos. La innovación debe estar en el corazón de cualquier proyecto que quiera avanzar hoy en día.

Talento y Actitud son ciertamente una buena pareja de ases.

Marta Diaz Barrera

Talentoscopio

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