Adolfo Domínguez aplicará el ERE a 144 empleados de Orense

El despido colectivo no incluirá tiendas

Adolfo Domínguez aplicará el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a 144 empleados de diversas áreas de la compañía en Orense, lo que supone aproximadamente el 10,7 por ciento del total de la plantilla, integrada por unos 1.600 trabajadores.

En concreto, la reestructuración de la plantilla tiene el objetivo de maximizar eficiencias y encontrar el «mejor camino» hacia la rentabilidad de la compañía en un entorno «altamente competitivo», según ha afirmado el grupo gallego, que mantendrá su sede y actividad principal en Orense.

De esta forma, la compañía aplicará el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a los tres centros de trabajo que la firma posee en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas (Orense), cuya plantilla se eleva a 500 trabajadores, el 31,2 por ciento de los aproximadamente 1.600 empleados que tiene la compañía en total, según informaron a Europa Press en fuentes sindicales, que señalaron que el expediente de despido colectivo no incluirá tiendas.

La firma cuenta con tres centros de trabajo en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas (Orense), en el que tiene las oficinas, centros de producción y planchado, así como un centro de producto terminado.

Adolfo Domínguez ha comunicado este miércoles a la autoridad laboral y a la representación legal de los trabajadores el inicio del expediente de despido colectivo, modificación de las condiciones de trabajo y movilidad por causas económicas, productivas y organizativas, que implica la apertura de un período de negociación y consultas con los representantes de los trabajadores que se prolongará durante un período máximo de 30 días naturales.

En esta primera reunión con los representantes de los trabajadores, en el marco legal del proceso, la compañía ha presentado la información preceptiva que contiene los detalles y las razones que motivan la reestructuración de Adolfo Domínguez, fruto del análisis de su situación orientado a la rentabilidad y competitividad de la compañía en el mercado.

La empresa ha subrayado que pretende adaptarse a unas circunstancias de mercado «muy exigentes» que le obligan a introducir cambios en la gestión y la organización de sus recursos para impulsar el negocio y su rentabilidad futura.

La compañía inicia este proceso con la voluntad «clara» de negociar para alcanzar un acuerdo con los empleados afectados y sus representantes.

Igualmente, afronta este proceso desde «el total respeto» a los trabajadores, con la «mayor claridad y transparencia», buscando el diálogo permanente con los representantes de los trabajadores con el objetivo de lograr una solución consensuada.