Al mercado le han sabido a poco los cambios en política monetaria anunciados por el BCE.

Draghi recorta en 10 puntos básicos el tipo de la facilidad depósito (hasta el -0,30%) con un doble objetivo. Esta medida penalizará todavía más a los bancos que  depositen sus excedentes de tesorería en el propio BCE, lo que debería  incentivarles a conceder más crédito.

Además, esto provoca que se amplíe el abanico de bonos soberanos susceptibles de ser comprados, ya que en las bases del programa hay una cláusula que impide al BCE comprar bonos que coticen en el mercado secundario con una rentabilidad inferior al tipo de la facilidad de depósito. Automáticamente, los bonos alemanes con vencimiento entre los 3 y los 5 años han pasado de no poder ser comprados por el BCE a serlo.

Pero no ha sido este recorte de solo 10 puntos básicos lo que ha decepcionado, sino más bien haber dejado en 60.000 Mn€ el ritmo de compras mensuales. El mercado había venido descontando que esta cuantía se ampliase hasta 70.000 o 75.000 Mn€.

Se extiende en seis meses el programa de compra de bonos hasta marzo de 2017, por lo que el balance del BCE será mayor de lo previsto en esa fecha. En cualquier caso, Draghi ha recordado su compromiso de alcanzar una inflación del 2%, por lo que no ha descartado tener que prolongar aún más el programa si fuera necesario.

Otra de las medidas ha sido la de incluir a los bonos regionales en sus operaciones, por lo que comprará menos soberanos. Esta circunstancia, unida a la decepción por las nuevas medidas ha hecho que cayesen los precios de los bonos de países comunitarios. La rentabilidad del bono español a diez años ha pasado del 1,48% al 1,70%.

Las bolsas han reaccionado con importantes caídas, especialmente por el efecto que han tenido las palabras de Draghi en el mercado de divisas, con el eurodólar rebotando desde 1,05 hasta 1,08. Ante esta subida del euro, las que más han sufrido han sido las empresas con más negocio fuera de la zona euro. En España, Inditex, DIA y los grandes bancos, y en Europa compañías con un carácter claramente exportador como Airbus, Daimler, Unilever o Louis Vuitton.

Podemos sacar una lectura positiva de todo esto, y es que el BCE no lo ve tan crudo como para haber tenido que anunciar medidas más contundentes. No olvidemos que las políticas expansivas estimulan la economía de manera artificial y llevan consigo un riesgo importante de provocar burbujas en determinados activos.

Felipe López-Gálvez, Selfbank