El Índice de Precios de Consumo (IPC) de Alemania se situó en septiembre en el 4,5% en tasa interanual, lo que implica un significativo alivio respecto de la subida del 6,1% de los precios en agosto y el menor incremento desde febrero de 2022, cuando estalló la guerra de Ucrania, según la segunda estimación publicada por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
El dato armonizado de inflación interanual, usado por Eurostat en sus estadísticas, alcanzó en septiembre el 4,3%, confirmando también el dato preliminar publicado por Destatis hace unas semanas.
«La tasa de inflación ha caído al nivel más bajo desde el comienzo de la guerra en Ucrania. Sin embargo, sigue siendo alta», afirmó Ruth Brand, presidenta de la Oficina Federal de Estadística, para quien los consumidores «todavía notan claramente el aumento de los precios de los alimentos».
El alivio de las presiones inflacionistas en septiembre reflejó una subida mucho más moderada de los precios de la energía, con un repunte interanual del 1%, frente al 8,3% de agosto, en gran parte como consecuencia del efecto base de la comparación anual, aunque la electricidad seguía siendo claramente más cara (+11,1%) que un año antes, mientras que se registraron bajadas para el gas natural (-5,3%) y carburantes (-6%), particularmente en el caso del gasóleo para calefacción (-26%).
De su lado, aunque en menor medida, los precios de los alimentos también se desaceleraron en septiembre, con un incremento anual del 7,5%, frente al 9% de agosto y el 11% de julio.
De este modo, al excluir los precios de la energía, la tasa de inflación de Alemania se situó en el 5% en septiembre, mientras que, cuando se excluyen los precios de los alimentos y la energía, la tasa de inflación subyacente cayó al 4,6%, frente al 5,5% de agosto.