La crisis económica que vivimos desde hace más de cinco años empieza a dejar sus cicatrices en el seno de la Unión Europea… Si hace unos meses era Reino Unido y también Bélgica quienes apostaba por limitar las prestaciones y la estancia de los inmigrantes, ahora es Alemania quien se plantea algo similar contra lo que han llamado la inmigración de la pobreza.
El gobierno de coalición entre socialistas y conservadores que capitanea Angela Merkel quiere limitar el acceso a las prestaciones sociales y su permanencia en el país si no encuentran trabajo en 6 meses como máximo. Es la respuesta a la libertad de circulación para rumanos y búlgaros que entró en vigor en enero pasado.
Se abre de nuevo el debate sobre la libre circulación de personas en el seno de Europa. Un debate que se abre como consecuencia del estado de las finanzas del Viejo Continente, y que volverá a hacer reflexionar si las estructuras del acutal Estado del Bienestar es sostenible tal y como lo tenemos planteado en este momento.