El próximo jueves, José María Álvarez-Pallete cumplirá cinco años al frente de Telefónica, un quinquenio marcado por el camino de adaptación de una compañía casi centenaria a la era digital y la estrategia para reducir el peso de la deuda en el grupo.
En este último lustro, las operaciones corporativas y el crecimiento de las divisiones más vinculadas con el mundo digital, aglutinadas ahora en Telefónica Tech, se han convertido en dos de los principales hitos de la gestión de Álvarez-Pallete en el camino hacia la compañía que el directivo tiene en mente.
«En estos cinco años se han puesto las bases para el futuro de Telefónica, asentadas en el plan estratégico presentado en 2019, cuyo cumplimiento pone ya a la compañía rumbo a la Nueva Telefónica», destacan desde la compañía sobre la efeméride.
Con este plan se creaban Telefónica Tech y Telefónica Infra, se definían como mercados estratégicos a Alemania, Brasil, España y Reino Unido y se agrupaba el resto de activos en Latinoamérica (excepto Brasil) en Hispam.
OPERACIONES Y DEUDA
Al poco de asumir la presidencia, Álvarez-Pallete afrontó un primer contratiempo cuando la Comisión Europea bloqueó por una cuestión de competencia la venta de O2 a Hutchinson, truncando así una operación millonaria destinada a aliviar el apalancamiento de la empresa.
Desde entonces, las alternativas de desinversión se han centrado en otros mercados, al tiempo que se tanteaba la salida a bolsa de la filial británica u otras ramas de la compañía como Telxius, participada finalmente por KKR y Pontegadea –el brazo inversor de Amancio Ortega– como minoritarios.
En el caso de O2, lejos de la salida a bolsa truncada por los nubarrones financieros atraídos por el Brexit, su futuro ha quedado ligado, a la espera de las autoridades de competencia, a la fusión con Virgin Media, una operación definida por Álvarez-Pallete como «la mayor de la historia de Telefónica’ que creará un operador líder en Reino Unido.
Ya en enero de este año, Telxius ha cerrado un acuerdo con American Tower para la venta de 30.722 de sus torres en Europa y Latinoamérica en una operación que permitirá a Telefónica reducir 4.600 millones de euros de deuda
Telxius y O2 han estado lejos de ser las únicas vías de generación inorgánica de ingresos de la Telefónica capitaneada por el ejecutivo madrileño, que ha buscado persistentemente acuerdos para la venta de sus activos latinoamericanos considerados no estratégicos y que se han traducido en la salida de Telefónica de Centroamérica y la unión del resto de negocios en la región –excepto Brasil– en Telefónica Hispam.
Gracias a la generación de caja impulsada por estas operaciones, la compañía ha reducido 17.000 millones de euros de deuda desde mediados de 2016, un tercio del pasivo total heredado por Álvarez-Pallete. Actualmente, Telefónica cuenta con 35.228 millones de euros de deuda, 2,6 veces su Oibda situado en 13.498 millones de euros al cierre de 2020.
REDES, 5G Y MERCADOS CLAVE
En este lustro, Telefónica también ha continuado con su apuesta por la inversión en redes e infraestructuras con la fibra óptica y, más recientemente, el 5G, como claros candidatos para convertirse en nuevas banderas de la oferta de la operadora.
Asimismo, también se ha hecho con los activos móviles de OI en Brasil en una operación conjunta con TIM y Claro.
Por ello, la compañía se ha posicionado en sus mercados estratégicos de cara a ser un importante jugador en estos con movimientos como la creación de vehículos de fibra en Alemania y Brasil.
En estos últimos cinco años, Telefónica ha duplicado el número de unidades inmobiliarias con fibra hasta el hogar (FTTH), con 47,8 millones de unidades, y cerró 2020 con una cifra récord de 134,8 millones de unidades inmobiliarias pasadas por su red de ultra banda ancha.
En España, la compañía ha desempeñado un papel importante para que el 80% de la población tenga acceso a fibra óptica.
La pandemia «ha supuesto una prueba de fuego» para las redes de la operadora y «se ha superado con matrícula de honor», trasladan desde la empresa.
En un mercado que requiere fuertes inversiones, la última de más de 523 millones de euros en la subasta de espectro de 5G de Reino Unido de mediados de marzo, la compañía ha optado por diversas vías de financiación para obtener la liquidez necesaria, entre ellas los bonos verdes.
Telefónica se convirtió en pionera en el sector tras convertirse en la primera ‘teleco’ en emitir uno de estos bonos en 2019.
EL NEGOCIO DIGITAL
Big data, inteligencia artificial, ‘machine learning’ y 5G fueron algunos de los temas centrales del primer discurso de Álvarez-Pallete como presidente ejecutivo y ahora, cinco años después, han ganado peso no solo en el negocio de la empresa, sino en el discurso público.
Con un crecimiento anual a doble dígito, se espera que la rama tecnológica de Telefónica se convierta en un nuevo pilar de los ingresos del grupo (en 2020 superó los 1.500 millones de euros de facturación).
El comportamiento de Tech contrasta con la madurez del negocio de telefonía en España, expectante ante la esperada consolidación y caracterizado por la caída sostenida de ingresos minoristas en la última década.
Esta coyuntura se ha traducido en el precio de la acción de Telefónica, que se ha depreciado casi un 60% en los últimos cinco años, aunque 2021 ha traído un repunte apoyado por la mayoría de los analistas de Bloomberg, de los que un 90% recomiendan comprar o mantener la acción al considerarla por debajo del precio objetivo y vaticinarle un recorrido positivo en los próximos meses. Los títulos de la compañía cerraron este lunes a los 3,782 euros.
Con el previsible aval de la junta de accionistas, el próximo 21 de abril, Álvarez-Pallete renovará su mandato al frente de la compañía con el objetivo de poner definitivamente en pie su visión de la ‘Nueva Telefónica’.
En los primeros meses se espera que las autoridades de competencia den su aprobación a varias operaciones, como la venta de parte de la red de fibra óptica en Chile a KKR, la constitución de un operador de fibra mayorista en Brasil con Caisse de dépôt et placement du Québec (CDPQ) y la fusión entre O2 y Virgin.
Además, el Gobierno español también deberá pronunciarse sobre la adquisición de las torres de Telxius por parte de American Tower y celebrar la subasta de espectro 5G, a la que se prevé que Telefónica acuda para impulsar su despliegue en España.