Amnistía Internacional acusa a Pfizer de no comprometerse con la equidad en la distribución de vacunas

Amnistía Internacional afirma que Pfizer está haciendo «declaraciones engañosas» sobre su compromiso con la equidad en la distribución de vacunas contra la COVID-19, «pues sigue suministrando la mayor parte a las naciones más ricas».

«Seguimos en medio de una crisis global sanitaria y de derechos humanos sin precedentes y es esencial que todos los países del mundo tengan acceso a vacunas lo antes posible. Pfizer dice que está comprometida con suministrar dosis a países de ingresos bajos y medianos, pero lo cierto es que las cifras no confirman esto. El hecho es que esta empresa sigue poniendo en primer lugar los beneficios», señala Patrick Wilcken, director de Empresas y Derechos Humanos en Amnistía Internacional.

Afirman que Pfizer se ha comprometido a suministrar como mínimo 1.000 millones de dosis a «naciones de ingresos bajos y medianos». Y, señalan, que ha notificado que había enviado un total de 2.000 millones de dosis antes de finalizar septiembre. En una carta dirigida a Amnistía Internacional de noviembre, comenta la organización, «la empresa reconoció que, de estas dosis, sólo 154 millones _menos del 8% de su total_ había llegado a 42 países de ingresos bajos y medianos bajos, y que había distribuido menos del 10% de esos 154 millones (es decir, 15,4 millones) a países de ingresos bajos».

«Por mucho que estas empresas puedan querer maquillar los datos, las cifras son cristalinas: siguen suministrando la mayoría de sus dosis a las partes más ricas del mundo», señala Wilcken. Además, consideran que pese a las afirmaciones de Pfizer en el sentido de que los costos de desarrollo y fabricación relativos a la vacuna contra la COVID-19 son autofinanciados en su totalidad, «la empresa se ha beneficiado de pedidos previos de algunos de los países más ricos del mundo, así como del gran apoyo gubernamental recibido por su socia alemana BioNTech».

Pfizer no es la única empresa con deficiencias de este tipo. Los demás fabricantes europeos y estadounidenses de la vacuna contra la COVID-19 _BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson y AstraZeneca_ han actuado de forma similar bloqueando el intercambio de tecnología y presionando en contra de la propuesta de exención de los ADPIC.

«Cuando quedan 50 días para que termine el año, no es demasiado tarde para que estos gigantes farmacéuticos se rediman, hagan lo correcto y cumplan sus responsabilidades en materia de derechos humanos. Para ello, tienen que mejorar la distribución equitativa y garantizar que la mitad de las dosis que producen antes de que termine 2021 va a estos países», señala Wilcken.