La pregunta del día es ¿quién ha ganado el primer asalto del Debate sobre el Estado de la Nación? Analicemos a los luchadores parlamentarios en la Cámara Baja, donde ambos se han puesto el traje corporativo. Corbata azul para Rajoy y roja para Rubalcaba. En este país el que no se consuela es porque no quiere. Trinidad Jiménez ensalza el “extraordinario” discurso de su líder, casi en las puertas de Ferraz; y Celia Villalobos compara la agresividad de Rajoy con el mismísimo Cristiano Ronaldo.
Fran Carrillo, director de La Fábrica de Discursos y Asesor de Comunicación ha hecho un análisis de los puntos fuertes y débiles de la batalla en el Congreso.
Mariano Rajoy
- Mucho más contundente que en otras ocasiones
- Más ofensivo
- Se sentía seguro porque se movía en un escenario económicamente favorable, respaldado por los datos macroeconómicos.
- Ha usado la técnica del balanceo, es decir, ha sido capaz de enfrentar en una balanza los logros socialistas y los populares con acierto
- Rajoy sigue hablando a Bruselas, a los mercados… no a los ciudadanos, la gente quiere que le hablen de las familias, de la economía real.
- En algunos momentos, el presidente ha ido demasiado rápido en su oratoria. No hay que dar muchos argumentos, sino poder defender bien los que se brindan.
- Mira a su bancada cada vez que va a atacar al adversario. Les mira para insuflarse fuerza, vitaminas, confianza. Las miradas se las han llevado la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y su presidente de Gabinete, Jorge Moragas.
Alfredo Pérez Rubalcaba
- El líder de los socialistas optó por un discurso más social, ubicado en señalar el sufrimiento de la ciudadanía.
- No ha sabido desmontar el discurso económico de Rajoy
- No dejaba de hablar de futuro, cuando él es el pasado.
- Ha hecho referencia a acontecimientos del pasado, de cuando él era joven, su lenguaje es caduco.
- Su lenguaje verbal hace que no le veamos la cara o los ojos, solamente vemos su calva
- Rubalcaba está seguro en la tribuna, no mira a los suyos cuando tiene el ataque en mente, avanza sin más