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Antonio Blas Najar Martínez ha publicado ‘El hijo de la prostituta’, una obra llena de realismo que retrata el paradigma de la sociedad actual

Al leer las palabras de Antonio Blas Najar Martínez, pocos o casi nadie, podrían adivinar que dejó de estudiar a los trece años. Su andadura literaria comenzó con artículos de opinión y con ‘El hijo de la prostituta’, ya va por su tercera novela. 

“Es una novela tomada de la sociedad actual, aunque ambientada en la década de los sesenta, mantiene los problemas endémicos de esta sociedad: desigualdad social, maltrato, ciudadanos de segunda clase, homosexualidad tolerada, que no siempre permitida, abuso de poder… catalogando a las personas según su entorno, creyendo que solo de lo bueno sale lo bueno, e igualmente de lo malo, lo malo, y ahí, nos equivocamos. Fue esa mi primera equivocación, cuando en uno de mis viajes pare de día cerca de un bar de alterne, donde unas mujeres limpiaban acompañadas de un niño de corta edad, pensé: ¿Será el hijo de alguna de las mujeres que ejercen? Si era así ¿En que ambiente se estará criando? ¿Cómo será su día a día? ¿Qué porvenir le espera desde este entorno?”, 

Publicada en Círculo Rojo, Grupo Editorial, el lector va a encontrar, según las palabras del autor, “las vivencias de personas normales, con las mismas inquietudes, los mismos problemas, su exclusión social, su maltrato, la homosexualidad en la Iglesia… Novela resumida en pocas palabras. Hay personas que desde el barro, han subido a lo más alto, y personas que desde lo más alto, han acabado cayendo al barro”. 

Sinopsis

En uno de sus viajes a Madrid, paró para hacer un descanso en un área de servicio, flanqueada en uno de sus extremos por un local, que, a todas luces, debía de formar parte de la noche picara o sexual del lugar… Tiempo después conocí a Alejandro. Esta es su historia…

Autor

Antonio Blas Najar Martínez Nacido en 1955 en Mengibar (Jaén). Hijo de emigrantes por el trabajo de mi padre, ferroviario. Sin apenas estudios, solo primaria, del 66; sin graduado escolar; con 59 años (actualmente tengo 68) empezo a teclear en su primer ordenador. El trato con la gente (trabajando desde los 14 años), las vivencias vividas, aprender de los errores cometidos, y el estar siempre atento a su entorno, queriendo ilustrarse en el día a día de los demás, le han hecho ser licenciado en gramática parda; en lenguaje del pueblo, un libre-pensador. Escritor por vocación, sin pretensiones económicas, empezó a escribir artículos de opinión en una revista local. Autoeditó tres libros: Sin IVA – En Negro, Cartas a un Padre de un Hijo que se Droga (Editorial Samarcanda) y La Trata es un Delito Emigrar no lo Es (Editorial Círculo Rojo). En la actualidad, tiene siete novelas acabadas en espera y dos cuentos. Pobre bagaje de edición para un escritor al que lastran la falta de estudios o algunos entorchados por los que se rige la sociedad, que, buscando el pedigrí del escritor, desechan a los que son como fantasmas literarios, olvidando que la vida es aprendizaje, trabajo, vivencias y fracasos de muchas de las personas que los rodean y de las que también hay que aprender, y no solo de los que triunfan.

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