A. Garamendi “Sería muy peligroso aventurarnos en la desconfianza y la incertidumbre”

El presidente de Cepyme (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa) habla claro para Diario Financiero.

Corría el mes de diciembre de 2014 cuando Antonio Garamendi se quedaba a las puertas de presidir la patronal de los ‘grandes’ empresarios. Pero tras lo que a priori pudo resultar un revés, este abogado de Getxo (Vizcaya) paso a liderar a su hermana, la de las pequeñas y medianas empresas. Desde la sede de Cepyme, Antonio Garamendi pide «estabilidad y responsabilidad» al nuevo Gobierno.

¿Qué ha significado 2015 para las pymes españolas?

El año 2015 ha sido bueno en términos económicos. La economía española está inmersa en una fase de crecimiento acelerado permite dejar atrás los peores momentos vividos en un pasado todavía reciente. Esta mejoría se ha empezado a trasladar a la economía del día a día, a las pequeñas empresas y a los consumidores, a través de un impulso de la demanda y de la inversión. Las pymes han comenzado a ver como mejoran sus posibilidades de acceso a la financiación; como se ha reducido, aunque todavía a un ritmo muy lento, la elevada tasa de morosidad empresarial y como las reformas emprendidas han empezado a dar sus frutos, especialmente las reformas financiera y laboral, generando un marco más favorable para la recuperación y el empleo. Sin embargo, los efectos de la crisis sobre el tejido empresarial y sobre el mercado de trabajo han sido demoledores y, aunque es innegable que la recuperación se está consolidando, todavía queda mucho camino por recorrer para recuperar todo lo que hemos perdido estos años pasados, por lo que es preciso mantener el proceso de reformas emprendido y el clima de estabilidad alcanzado para no quebrar la todavía incipiente recuperación de la actividad y del empleo.

¿Qué retos se han superado en 2015 y a cuáles se enfrentan el año próximo

Durante el año 2015, las pymes han seguido trabajando por ajustar sus costes y mejorar su productividad, para hacer frente al reto de la competitividad. Un reto que va a seguir siendo prioritario durante el próximo año y que va a exigir a las empresa una mejora constante de su productividad y de su gestión, en áreas tan importantes como la gestión del capital humano, el impulso de la innovación, la internacionalización o la digitalización de las empresas.

Todo apunta a que vamos hacia un Gobierno progresista, en el que un partido anti sistema como Podemos será protagonista ¿Qué valoración hacen de ello? ¿Entraría España en una deriva sin puerto al estilo de lo que ocurre en Portugal?

Lo que necesita España en estos momentos es un Gobierno firme, que de estabilidad institucional y que genere confianza en los ciudadanos, en las empresas y en los mercados. Un Gobierno que mantenga el proceso reformista que se ha llevado a cabo en estos últimos años y que persevere en la corrección de los desequilibrios macroeconómicos y consolide la senda de crecimiento económico y del empleo que hemos iniciado.

Sería muy peligroso, y así lo han advertido los analistas e instituciones como el FMI o la propia Comisión Europea, desviarnos del cumplimiento de nuestros compromisos y aventurarnos por caminos que solo conducen a incurrir en mayores desequilibrios y a generar desconfianza e incertidumbres dentro y fuera de nuestras fronteras que desincentivan la atracción y generación de nuevas inversiones y frenan la actividad productiva.

¿Tiene constancia de una parálisis de las inversiones por la situación que arrastramos desde el 20D?

Aunque todavía no hay datos que lo corroboren, diversas voces han alertado del riesgo de que se paralicen nuevas inversiones a la espera de que se forme el nuevo Gobierno. Lo cierto es que la inestabilidad y la incertidumbre no favorecen el desarrollo de la actividad productiva y las decisiones sobre nuevas inversiones, por lo que es preciso que la situación se resuelva lo antes posible y de manera  que se transmita estabilidad y confianza a los mercados, las empresas y los ciudadanos. La incertidumbre actual ha influido en el empeoramiento del clima de confianza empresarial y de las expectativas de las empresas, especialmente de las pymes, para este primer trimestre del año.

“Es preciso mantener el proceso de reformas”

¿Cómo afectan a las pymes decisiones como las que están tomando en ciertos Ayuntamientos como el de Madrid de prohibir la circulación en el centro o la no retirada de carteles electorales?

Se trata de decisiones que afectan a la actividad de sectores muy importantes para la economía, como la hostelería, el transporte o el comercio, entre otras, y que se adoptan sin tener en cuenta las necesidades de estos sectores ni sus propuestas. Las decisiones poco discutidas, reflexionadas y consensuadas suelen ser más perjudiciales que beneficiosas, por ello creemos que es necesario promover un diálogo más intenso y fluido entre la administración y los agentes sociales, en este caso las organizaciones empresariales representativas, para evitar situaciones de grave perjuicio para la actividad y el empleo.

Las pymes se han convertido en las grandes generadoras de empleo en España ¿cómo debe avanzar la reforma laboral para seguir incentivando la contratación?

Es preciso que el marco laboral tenga en cuenta las nuevas realidades económicas, que se avance en materia de flexibilidad y que se tengan en cuenta las necesidades específicas de las pymes, que son, finalmente, el 99 por ciento del tejido empresarial y las generadoras del 73 por ciento del empleo. En este sentido, consideramos necesario facilitar e impulsar la contratación en estas empresas, avanzando en la simplificación y racionalización de los modelos de contratación, pero teniendo en cuenta la realidad de la economía española, que justifica la pervivencia de la contratación temporal o a tiempo parcial.Asimismo, es necesario reducir las cotizaciones sociales que soportan las empresas, especialmente las pymes y que suponen un importante obstáculo para la creación de empleo.

En materia fiscal, ¿qué opina sobre el café para todos en Impuesto sobre Sociedades?

La última reforma fiscal ha sido, una vez más, una oportunidad perdida para adecuar el marco fiscal a las necesidades específicas de las pymes. En concreto, en lo que se refiere al Impuesto sobre Sociedades, se contempla una rebaja del tipo para las empresas de mayor dimensión, pero no así para las pymes, que siguen pagando un tipo real superior al de las empresas más grandes. Esto, además de injusto, representa una carga fiscal excesiva para las empresas de menor dimensión, que tienen menos recursos para poder afrontar estos costes. Además, es necesario reducir la fiscalidad que penaliza la creación de empleo, rebajando las cotizaciones sociales, tal como desde las organizaciones empresariales venimos reclamando insistentemente.

¿Han sido efectivas las bonificaciones fiscales por I+D, así como las reservas de nivelación y capitalización o se han quedado en régimen de exclusividad para unos pocos?

La reforma fiscal que afectó al Impuesto de Sociedades, lejos de considerarse una reforma integral, “ha pasado de largo” sobre las necesidades de las pymes. La continuidad del tipo nominal para las empresas de reducida dimensión, así como la no consideración de las especificidades de este tipo de empresas a la hora de configurar las distintas bonificaciones, reducciones y deducciones, como por ejemplo las aplicadas a los procesos de I+D, imposibilitan la mejora del tipo efectivo que afecta a las pymes. Consideramos no obstante, la reserva de nivelación como una iniciativa que va en buena dirección, puesto que potencia el reforzamiento de los fondos propios de la compañía y por lo tanto su capitalización, pero es insuficiente. Las dificultades de acceso a la financiación, la situación actual del balance de las pymes y sus necesidades de desapalancamiento y de financiación del circulante, generan una mayor necesidad de autofinanciación de estas empresas, convirtiéndose estos factores en un elevadísimo coste de oportunidad para la constitución de la reserva de nivelación que, por otra parte, solamente difiere los beneficios fiscales de ese menor gravamen a los próximos cinco años.

¿Cómo se debe incentivar el crecimiento de las pymes?

Últimamente se está generalizando la idea de que existe una relación causal única y directa entre la menor capacidad competitiva de la economía española y el tamaño de sus pymes, menor que el de sus homólogas europeas. Se trata de una afirmación algo sesgada sobre un asunto complejo sin que existan estudios o datos que certifiquen la relacionen directa de los problemas de competitividad de una economía avanzada con la actividad, la inversión y el empleo que generan las empresas de menor dimensión. Dada la heterogeneidad de nuestra estructura empresarial, los problemas que afrontan las pymes para su crecimiento son diversos. Pese a que hay factores comunes como son la competencia, la regulación, la financiación, la disponibilidad de recursos o la fiscalidad, entre otros, las pymes afrontan de distinta forma el crecimiento dependiendo de su tamaño, del sector de actividad y de su capacidad de crecimiento. Esta capacidad de crecimiento viene determinada por factores internos, tales como la independencia en la toma de decisiones, el particular establecimiento de sus relaciones con proveedores y clientes, las diferentes estructuras de las organizaciones, sus necesidades de recursos financieros y los diferentes estilos de la gestión empresarial que operan en las pymes. Además, el crecimiento está explicado por factores externos tales como la estructura de mercado, el marco regulatorio, la facilidad de acceso a la tecnología adaptada a las necesidades de las empresas de menor dimensión, la disponibilidad de capital humano cualificado, el grado de desarrollo de distintas fuentes de financiación y las barreras a la internacionalización y a la mejora de los procesos de innovación de las pymes.

“La realidad de la economía española justifica la pervivencia de la contratación temporal”

¿Es la presión a la que se somete a las pymes por las inspecciones fiscales a partir de un determinado volumen de facturación las que limitan su crecimiento?

Como he comentado anteriormente, la fiscalidad es uno de los factores que influyen en esta circunstancia, pero no el único. Por ello, es necesario actuar en múltiples ámbitos, para generar un marco favorecedor de la actividad de las empresas de menor dimensión, que propicie la mejora de su competitividad y, en definitiva, su desarrollo empresarial para adquirir un mayor tamaño.

¿Realmente ha mejorado la financiación “para todas” las pymes?

La recuperación gradual de la financiación desde finales de 2013 está llegando también a las pequeñas y medianas empresas, pero no en los niveles que serían deseables y desde luego muy lejos de los alcanzado antes de la crisis. Las medidas de política monetaria, la mejora de las expectativas de crecimiento, el saneamiento de los balances bancarios y la disminución del montante de créditos dudosos han contribuido a que se expanda el crédito de nueva concesión a las pymes durante este año, alcanzando un incremento del 17’7 por ciento hasta mediados del ejercicio. Desde luego, no es previsible ni deseable que la financiación bancaria de las pymes alcance los registros de la etapa expansiva, porque como hemos visto, esta excesiva dependencia hace más vulnerables a las pymes ante posibles crisis como la que hemos vivido.

Por ello, consideramos esencial incentivar otros instrumentos de financiación alternativa, complementarios de la financiación bancaria, como pueden ser el capital riesgo, las plataformas de financiación participativa, los fondos de inversión o los mercados de capitales.

En otro orden de cosas, lo resultados del Boletín de Morosidad Empresarial son poco alentadores…

En efecto, la morosidad empresarial registró un repunte al alza en el tercer trimestre de 2015, lo que permite adelantar que el ejercicio cerrará con una tasa ligeramente superior a la registrada en los trimestres precedentes, rompiendo la tendencia a la reducción que se venía registrando durante los tres últimos años. Una reducción que sin duda ha sido positiva, pero a todas luces insuficiente. No olvidemos que se ha conseguido rebajar el período medio de pago a algo más de 80 días, pero el máximo legal está establecido en 60 días, lo que refleja que la morosidad representa todavía un grave problema para las empresas y una importante merma de recursos financieros, que penaliza a las empresas de menor dimensión.

¿Qué considera prioritario para acabar con esta lacra?

La reducción de la morosidad pasa por el cumplimiento de la Ley, que establece unos plazos de pago de 60 días entre las empresas y de 30 en el caso de las Administraciones Públicas y el establecimiento de un régimen sancionador para los incumplidores, que tenga además un efecto disuasorio. Desde CEPYME venimos desarrollando durante los últimos tres años, una completa estrategia de lucha contra la morosidad empresarial, midiendo su evolución y consecuencias sobre la capacidad financiera de las pymes, su actividad y la creación de empleo y, estamos convencidos de que, además de las medidas mencionadas, acabar con la morosidad exige un cambio en la cultura empresarial, que la presente ante la sociedad como lo que es, una nefasta y dañina práctica comercial y la elimine de la gestión empresarial.

“La reforma fiscal ha pasado de largo sobre las necesidades de las pymes”

La formación para el empleo les ha supuesto más de un rifirrafe con la ministra de Empleo, Fátima Báñez… ¿es una batalla perdida?

La reforma de la formación es desde nuestro punto de vista fallida, porque no tiene en cuenta las necesidades y la participación de las empresas, que son quienes mejor conocen la formación que precisan para sus procesos productivos. Por ello, hemos mantenido diversas reuniones con la ministra de Empleo en un marco de diálogo que yo no llamaría rifirrafe, sino un proceso negociador que suele ser habitual entre la Administración y los interlocutores sociales. Consideramos que es preciso aumentar el protagonismo de las empresas en el modelo de formación, ya que son éstas quienes la financiación en su casi totalidad y deben tener capacidad de decidir en función de sus necesidades.

En materia de internacionalización, la recuperación de la demanda interna ¿puede suponer un freno al proceso de salida al exterior de las pymes que se inició con la crisis?

Es cierto que la caída de la demanda interna hasta finales de 2013 ha incentivado a las pymes españolas para buscar alternativas en los mercados exteriores. Pero este esfuerzo ha puesto también de relieve la importancia de la internacionalización para el futuro de nuestra economía y de nuestras empresas y la ha revelado como un proceso clave en la gestión empresarial. Por ello, pese a que se aprecia una ligera ralentización del ritmo de internacionalización, que puede estar vinculada a la recuperación de la demanda interna, confiamos en que las pymes españolas mantenga e incrementen el impulso de internacionalización de estos últimos años y, para ello, pedimos un mayor apoyo por parte de la Administración, a través de un marco fiscal que incentive la actividad de las pymes en el exterior y la mejora de la coordinación de las distintas administraciones y organismos con competencias en estas materias, entre otras medidas.

Para terminar y dado que la situación política obliga, ¿qué le pide al nuevo Gobierno, sea el que sea?

Ante todo, que mantenga la estabilidad y que actúe con responsabilidad para garantizar la confianza de los mercados y de los inversores, y que transmita tranquilidad acerca de la continuidad del camino de las reformas emprendido, el único que garantizará un crecimiento sólido y sostenido y favorecerá la creación de empleo. Estas reformas imprescindibles, como la de la administración, la educativa, la energética, etc…, deben completarse con medidas destinadas a favorecer la actividad de las empresas, especialmente las de menor dimensión y los autónomos, que son el auténtico pilar económico y del empleo de nuestro país, y que deberán adoptarse también con urgencia. Estas medidas deben ir orientadas a favorecer el acceso de las pymes y de los autónomos a la financiación necesaria en condiciones y plazos asumibles, profundizar en la lucha contra la morosidad, impulsar la internacionalización y la innovación en las empresas de menor dimensión; rebajar los costes no salariales que obstaculizan la creación de empleo y promover la digitalización de las pymes, entre otros ámbitos prioritarios de actuación.

¿Quién es Antonio Garamendi?:ANTONIO GARAMENDI PRESIDENTE DE CEPYME 003 HQ -® ALFONSO ESTEBAN (2)

Vasco de nacimiento se muestra siempre próximo a ‘eso que a los periodistas nos gusta llamar ‘Economía Real’, es decir la de las pymes y el pequeño comercio. Más aún desde que en diciembre de 2014 perdió “por poco” el pulso de la presidencia de CEOE.

Licenciado en derecho, su carácter noble le lleva a hablar claro, quizá más de lo que a muchos le gustaría.

Miembro Patronato Museo Guggenheim de Bilbao. Actualmente es Presidente de la Confederación Empresarial de la Pequeña y Mediana Empresa, CEPYME, Vicepresidente de la CEOE y Presidente de Confemetal.

Fotos: Alfonso Estéban