El Consejo de Ministros ha aprobado la reforma de la Ley de Cine de 2007, por la que las ayudas a la amortización se sustituirán por el nuevo modelo. Es un modelo de financiación que culminará con la aprobación de dos órdenes ministeriales: la del reconocimiento de costes e inversión del productor y la de bases seguradoras de las ayudas, unas normas con las que se viene trabajando en estrecha colaboración con el sector.
Con esta reforma se simplifica la intervención administrativa en la cadena de producción, distribución y exhibición cinematográfica, además de regularse el certificado de nacionalidad española de las obras, la calificación por edades y la regulación de la exhibición cinematográfica, entre otras cosas.
Desglosando lo explicado anteriormente, se regula el procedimiento para que se reconozca la nacionalidad española de las series de televisión y se refuerza las exigencias para obtener dicho certificado de nacionalidad, requisito indispensable para acceder a las ayudas.
En cuanto a las edades, se establece una única calificación para distribuir las películas en cualquier soporte. Por ello, se elimina la necesidad de solicitar un nuevo certificado y se refuerza la exigencia para que la calificación se obtenga antes de la comercialización, difusión o publicidad de la obra audiovisual.
Por otro lado, se refuerza la exigencia para que la solicitud de aprobación de un proyectos de producción con empresas extranjeras se realice antes del inicio del rodaje. En los casos en que la participación española sea minoritaria, la participación deberá ser proporcional al porcentaje de participación en la coproducción.
En el caso de la comercialización de las obras, se elimina el requisito que condiciona la concesión de las ayudas para que las productoras no comercialicen las películas en determinados periodos tras su estreno comercial en salas de cine. Asimismo, se simplifican los trámites para la producción.
Obras difíciles
Un elemento de gran importancia a la hora de determinar el importe máximo de las ayudas a la producción audiovisual es el grado de dificultad de la obra. Asimismo, se denominan obras difíciles aquellas dirigidas por un nuevo realizados y cuyo presupuesto no supera los 300.000 euros y los cortometrajes y obras realizados en lenguas cooficiales distintas del castellano.
Yasmina Pena