El grupo siderúrgico ArcelorMittal ha suscrito un Memorando de Entendimiento (MoU) con el Gobierno español que contempla la inversión de 1.000 millones de euros en tecnologías de descarbonización en su planta de Gijón, lo que permitirá en 2025 convertir las instalaciones de Sestao en la primera acería mundial a gran escala con cero emisiones.
Las inversiones previstas reducirán las emisiones de CO2 en las operaciones españolas de ArcelorMittal en hasta 4,8 millones de toneladas en cinco años, lo que representa aproximadamente el 50% de las emisiones.
El acuerdo, firmado en un acto en Gijón, al que asistieron el presidente ejecutivo de ArcelorMittal, Lakshmi Mittal, el consejero delegado Aditya Mittal y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, establece el compromiso en la transición hacia una industria del acero descarbonizado, con la introducción por la compañía de nuevos procesos de fabricación para reducir considerablemente las emisiones de CO2, además de intensificar aún más sus capacidades de I+D en España para respaldar los nuevos proyectos y los requisitos de innovación.
De su lado, el Gobierno de España impulsará reformas e inversiones para apoyar el desarrollo y crecimiento de un sector industrial fuerte, más competitivo y sostenible, además de esforzarse por proporcionar el máximo apoyo financiero al proyecto, en línea con la legislación española y la normativa de la Unión Europea.
A este respecto, ArcelorMittal confía en que este apoyo cubrirá al menos la mitad de los costes adicionales para permitir que sus plantas sigan siendo competitivas, al tiempo que la empresa acelera su programa de descarbonización.
Como epicentro del plan, está la construcción en Gijón de una planta directa de mineral de hierro (DRI) con hidrógeno verde, que contará con una capacidad de producción de 2,3 millones de toneladas anuales, complementada con un horno eléctrico híbrido de 1,1 millones de toneladas de capacidad.
En este sentido, la planta de Gijón pasará de un proceso siderúrgico basado en la ruta de horno alto y convertidor BOD a otro basado en la ruta de DRI y acería eléctrica, con una huella de carbono significativamente menor. Ambas instalaciones entrarán en producción antes de final de 2025.
Además, la planta de DRI, primera de estas características en España, en el futuro usará hidrógeno verde para reducir mineral de hierro, mientras que el horno eléctrico se alimentará de electricidad procedente de fuentes de energía renovable.
Un plan en el que jugará un papel fundamental el apoyo de los gobiernos nacional y regional, de cara a acceder a hidrógeno verde suministrado a través de un consorcio de empresas que colaborarán en la construcción de la infraestructura necesaria para producirlo en la Península Ibérica mediante electrolísis solar y transportarlo por tuberías.
A mayores, la planta de DRI de Gijón también abastecerá a la planta de la empresa de ArcelorMittal en Sestao, cuyo proceso productivo se basa ya íntegramente en la ruta de horno eléctrico. Con una producción anual de 1,6 millones de toneladas de acero, se convertirá en la primera del mundo en cero emisiones en el conjunto de su proceso productivo.
ArcelorMittal, en este caso, invertirá 50 millones de euros en su planta de Sestao, destinados a introducir las tecnologías emergentes claves necesarias para ese objetivo de reducir a cero las emisiones de carbono.
«La construcción de la nueva planta de DRI de hidrógeno verde en Gijón no solo nos permitirá reducir a la mitad las emisiones de nuestras operaciones en España, sino que también dará como resultado la primera planta de acero con cero emisiones de carbono a gran escala del mundo en Sestao», ha indicado el consejero delegado de la multinacional, Aditya Mittal, quien ha destacado los planes claramente definidos del Gobierno para la transición del país a una economía descarbonizada y el progreso en la creación de la infraestructura energética necesaria para la economía verde.
De su lado, la ministra española de Industria, Reyes Maroto ha señalado que el Gobierno de España y ArcelorMittal «coinciden plenamente en que la transición hacia una economía descarbonizada es un objetivo fundamental para España», reconociendo los retos industriales, tecnológicos y regulatorios que esta transición supone para la industria española, así como las oportunidades que ofrece en términos de innovación y mejora de la competitividad.