La relación entre el Gobierno de Cristina Fernández y la petrolera anglo-holandesa no atraviesa su mejor momento.
Durante los últimos días, ambas se han cruzado fuertes acusaciones en torno al precio de los combustibles. Todo comenzó a principios de esta semana cuando la anglo-holandesa anunció un aumento del 12% del precio de la gasolina en todo el país argentino. Entonces la compañía justificaba esta decisión por el fuerte incremento en pesos que se está produciendo en el costo del petróleo crudo. Concretamente explicaba que este aumento ha sido superior al 20%.
Sin embargo parece que esta decisión no ha sentado nada bien al ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner. De hecho, el jefe de su gabinete, Jorge Capitanich, aseguraba que esta decisión de Shell sólo busca perjudicar a la economía argentina a los consumidores del país. Capitanich incluso llegó a hablar de «actitud conspirativa».
Toda esta polémica llega después de que la Fiscalía argentina pidiera «informes detallados» sobre los movimientos de la cotización del dólar de los últimos días