Tras dos días de reuniones, Cuba y la UE han cerrado la primera ronda de negociaciones y parece que lo hacen con resultados sobre la mesa: una hoja de ruta que ya ha hecho pública La Habana.
Lo conseguido en este primer capítulo es ponerse de acuerdo en las reglas y el marco del acuerdo que esperan alcanzan la Habana y Bruseleas en el futuro. Es decir, definir en qué aspectos les interesa a ambos llegar al consenso.
Puede parecer poco, pero es un avance importante si se tiene en cuenta que Cuba es el único país de América Latina con el que la Unión Europea no tiene un acuerdo bilateral. Algo que Bruselas ha condicionado, hasta el momento, a la evolución de los avances democráticos y en materia de derechos humanos.
Esto último sigue siendo un escollo para Europa, que continúa admitiendo su desacuerdo con la isla sumida en un proceso de reformas, pero que espera subsanar en el diálogo político y de gobernanza. Este último, es uno de los tres ejes fundamentales que las partes han acordado en las últimas horas sobre los que establecerán conversaciones, junto con el de cooperación y las políticas sectoriales y de comercio.
El deshielo en las relaciones es, por tanto, el principal avance de este primer ciclo de negociación, que continuará en una segunda ronda en Bruseles en los próximos meses a la que, sin embargo, ninguna de las partes ha puesto fecha aún.