Los precios de las viviendas en España, después de permanecer estables e incluso bajar en algunos casos, han vuelto a aumentar notablemente. Esto es un fenómeno que responde al proceso de reactivación económica, tras dos años de pandemia, que ha permitido que la demanda vuelva a tener niveles prepandémicos e incluso más altos.
A pesar de la subida de los precios, adquirir nuestra propia vivienda sigue siendo una opción interesante, tanto como lugar de residencia como por inversión debido a que los intereses siguen siendo competitivos y las otras opciones pueden no tener un futuro tan claro.
Los elementos que influyen en el precio de una vivienda
Cuando una persona va a comprar una casa o un apartamento deben tener claros cuáles son los elementos que le dan valor al inmueble, por lo cual consultar con expertos antes de negociar es una buena opción. Así lo recomienda AsiRural, cuyo equipo de expertos se ha destacado como asesor inmobiliario, ya que puede brindar apoyo a quienes no tienen un dominio de las variables que inciden en los precios.
Según ellos, los precios de los inmuebles que aparentemente tienen características similares pueden tener grandes variaciones. El más importante quizá es la ubicación de la propiedad. Para AsiRural, este es el primer elemento clave que se debe sopesar. Los precios suelen ser más altos en comunidades como Madrid, Cataluña o el País Vasco.
AsiRural advierte que incluso dentro de las mismas comunidades se pueden observar grandes diferencias, ya que la ubicación suele ser más apreciada en sectores urbanizados, con servicios de transporte y comercio cercanos. Las viviendas en entornos rurales son una excelente opción porque poseen terrenos más amplios y sus precios pueden ser más accesibles.
Otros elementos a tener en cuenta
Aunque la ubicación es un elemento muy influyente para determinar el precio de una vivienda, existen otras variables que también pueden afectarlo. Uno de ellos es el tamaño de la casa o piso, ya que cuanto mayor sea la superficie construida, más elevada será la cotización. Esto se debe a que muchas casas o pisos se cotizan por metro cuadrado.
La altura suele ser un valor tangible por el cual los inmuebles pueden tener un mayor precio. Los inmuebles situados a una altura superior suelen cotizarse a un mayor precio, no solo por contar con unas mejores vistas de su entorno, sino por otros factores clave como suelen ser, producir una menor contaminación acústica y ser más luminosos.
Después de estas variables, otros elementos que inciden en el precio son las instalaciones complementarias. Una propiedad con piscinas, jardines externos o pista de tenis tendrá un coste adicional. El incremento va a depender del estado en el que se encuentren esos adicionales. Por último, las casas orientadas hacia el sur se cotizan mejor porque aprovechan mejor la luz natural y, por ende, tienen una menor necesidad de consumo eléctrico y también menores problemas en cuanto a las humedades.