La farmacéutica sueco-británica AstraZeneca, que desarrolla junto a la Universidad de Oxford una vacuna contra el COVID-19, ha detenido las pruebas del medicamento en su fase 3 tras detectar una posible reacción adversa en un paciente.
Un portavoz de la farmacéutica aseguró que la suspensión es “una decisión rutinaria que se tiene que tomar siempre que haya una enfermedad potencialmente sin explicación en uno de los ensayos, mientras se investiga”.
Los ensayos en humanos comenzaron en abril y es la segunda vez que se interrumpen. “En ensayos grandes, las enfermedades pueden aparecer por casualidad, pero estos casos deben ser revisados de manera independiente para verificarlo minuciosamente”, ha afirmado un portavoz de la Universidad de Oxford a la cadena británica ‘BBC’.
AstraZeneca tenía previsto tener la vacuna disponible para el primer semestre de 2021 y estaba considerada como una de las más avanzadas del mundo por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Junto a las farmacéuticas Pfizer y Moderna, AstraZeneca es una de las tres compañías que tienen estudios en la fase 3 en la Unión Europea.
