La crisis no sólo está afectando al acceso de los niños más vulnerables a un nivel de vida adecuado, también su salud mental ha empeorado en los últimos años. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por la Federación de Entidades de Atención de la Educación a la Infancia y a la Adolescencia (Fedaia) en colaboración con la Universidad de Barcelona.
Según este estudio, la irrupción de la crisis ha hecho crecer de manera exponencial los problemas de salud mental entre los niños y sus familias. «El agravamiento de la situación económica de muchas familias propicia problemas como la ansiedad, el alcoholismo, los maltratos y la desatención de los niños. La crisis ha provocado además el surgimiento de un nuevo perfil de pobreza representado por familias que han perdido su poder adquisitivo, lo cual genera frustración y situaciones de conflicto con los niños y adolescentes», explicó Jaume Clupés, presidente de Fedaia.
El estudio revela que muchas familias están centradas en conseguir recursos para cubrir las necesidades básicas del hogar y descuidan otros aspectos que son importantes para el desarrollo de los niños y que permiten mantener un vínculo afectivo con ellos.
El colectivo considera que la cuestión del deterioro de la salud mental se debe a la falta de inversión en políticas sociales destinadas a favorecer el bienestar de la infancia, que en España se encuentra por debajo de la media europea.
Mientras que los países miembros de la Unión Europea dedican a infancia y familia una media del 2,2% de su Producto Interior Bruto (PIB), en España este porcentaje es del 1,4%, indica el estudio.
«No podemos mejorar la actual situación de precariedad en que se encuentran nuestros niños si disponemos de menos de la mitad del presupuesto que deberíamos tener», concluyó Jaume Clupés.
Fuente: Servimedia