Avalancha y oleada = Racismo

Supongo que no lo habrán notado, pero como a mí me tienen para darles la paliza y tenerles sobre aviso, allá que voy. ¿Se han dado cuenta de que vuelven a estar de moda las palabras avalancha y oleada, entre otras, aplicadas a la inmigración entrante por Melilla?

Es un término que me produce risa. Risa indignada, pero risa. Vamos a ponernos en el peor de los escenarios conocidos: sin ir más lejos, los 500 desgraciados que ayer intentaron empezar una nueva vida. Pongamos que eso pasara todos los días. Una “oleada” de 500 mendas lerendas cada día. ¿Total anual? A la cuenta de la vieja, unos 180 mil. Qué barbaridad, ¿verdad? ¿Cómo vamos a absorber semejante población estando como las estamos pasando?

Dejen que les desmonte el mito. Permítanmelo, porque es tan fácil y divertido que no entiendo a dónde miran los periodistas que se tratan con Interior cada vez que se tragan entera la aldaba de la nota de prensa institucional. El año pasado, según datos de Tourspain, 100 millones de turistas llegaron a nuestro país. De media, grosso modo, unas 274.000 entradas de población nueva diarias, y eso suponiendo que se quedaran solo un día en el país, que va a ser que no.

Es curioso que esto no nos parezca una oleada y sí nos lo parezca la vergüenza de la desigualdad que fomenta las tensiones fronterizas. Así que no, esto no es economía: es racismo puro y duro. Cada vez que alguien utiliza el término “oleada” se está retratando, desde la ignorancia, o desde el racismo.

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