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Banco de España eleva al 1,6% su previsión de crecimiento para 2023, pero avisa sobre tensiones financieras

El Banco de España ha revisado este miércoles tres décimas al alza su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto en 2023, hasta el 1,6%, pero ha recortado sus proyecciones para 2024 en cuatro décimas, hasta el 2,3%, y ha mantenido en el 2,1% sus estimaciones de cara a 2025.

Así se desprende de la actualización más reciente de las proyecciones macroeconómicas del Banco de España para la economía española, que terminaron de elaborarse a principios de marzo, antes de la reciente aparición de tensiones en los mercados financieros internacionales.

«El desencadenamiento de un episodio de fuertes tensiones financieras a escala global ha supuesto una nueva perturbación adversa, cuya magnitud y persistencia son muy inciertas», advierte el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos en su informe.

En estos momentos, el Banco de España indica que no es posible precisar si, de cara al futuro más inmediato, estas tensiones financieras persistirán o si, por el contrario, se reducirán de forma paulatina.

«EFECTO ADVERSO» DE LAS TENSIONES FINANCIERAS SOBRE EL CRECIMIENTO

En cualquier caso, el organismo ha advertido de que parece probable que la incertidumbre que se ha generado ejerza un «cierto efecto adverso» sobre el desarrollo de la actividad económica en los próximos trimestres y contribuya, asimismo, a debilitar la dinámica inflacionista.

En este contexto tan incierto, en su reunión del 16 de marzo, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidió subir sus tipos de interés oficiales en 50 puntos básicos y anunció que vigilará estrechamente las tensiones en los mercados financieros y que está preparado para responder como resulte necesario a fin de mantener la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la zona del euro.

«El BCE cuenta con todos los instrumentos de política monetaria precisos para suministrar apoyo de liquidez al sistema financiero de la zona del euro si fuera necesario y preservar la transmisión fluida de la política monetaria», remarca en su informe el Banco de España.

RECUPERACIÓN DEL PIB PREPANDEMIA ESTE AÑO

Pese a ello, el informe publicado este miércoles resalta que la evolución de la economía española en los primeros meses de 2023 estaría siendo «algo más favorable» de lo que se anticipaba en diciembre. En esta dirección apunta, por ejemplo, la mejora gradual de los indicadores de confianza que se ha producido en los últimos meses, el crecimiento de la afiliación a la Seguridad Social o la recuperación de la actividad turística.

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha explicado que la revisión de datos en 2023 del 1,3% al 1,6% se explica por la mejor evolución de la actividad en la segunda parte de 2022, así como por las favorables proyecciones externas y domésticas. Por el contrario, las estimaciones se recortan en cuatro décimas de cara a 2024 por el endurecimiento de las condiciones financieras, la apreciación más acelerada del euro y el mayor ajuste fiscal.

Con todo, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos estima que el crecimiento intertrimestral del PIB en el primer trimestre del año se situará en el 0,3%. A partir de la primavera, se espera que la actividad económica presente un «grado de dinamismo creciente».

Bajo toda esta trayectoria proyectada, la economía española recuperará su nivel previo a la pandemia en el segundo semestre del año, lo que supone una ligera mejora respecto a lo previsto en el informe pasado, en el que se estimaba que esto sucedería entre finales de 2023 y comienzos de 2024.

REDUCCIÓN DE LA INFLACIÓN SUBYACENTE MÁS LENTA

Las proyecciones actuales incorporan, en comparación con las anteriores, una revisión al alza de la inflación subyacente y de la de los alimentos en 2023, pero una corrección significativa a la baja de la inflación general.

En concreto, el Banco de España ha recortado sus previsiones para la inflación general de 2023 desde una media prevista del 4,9% al 3,7%. Además, las perspectivas mejoran ligeramente de cara a 2024, cuando el IPC se situará en el 3,6%, la misma cifra respecto a la anterior previsión. En 2025, se estima una tasa del 1,8%, la misma que en la pasada proyección.

De su lado, se prevé que el componente subyacente alcanzará el 3,7% este año, frente al 3,4% anterior, y se moderará hasta el 2% en 2023 –más bajo del 2,2% de la pasada estimación–. En 2025, esta referencia se situaría en el 1,8%.

Así, la reducción de la tasa de inflación subyacente a lo largo del período de proyección se prevé más lenta que la de la inflación general. De hecho, las dinámicas más recientes apuntan a que, a pesar de que la inflación subyacente empezará a moderarse en torno a la primavera, en el promedio de 2023 esta aumentará una décima con respecto a la observada en 2022, hasta el 3,9%.

MEJORES PERSPECTIVAS PARA EL EMPLEO Y EL DÉFICIT

En cuanto a la evolución del empleo, la institución ha mejorado la previsión para este año, en el que espera una tasa media de paro del 12,7% –frente al 12,9% de la anterior previsión–, y ha mantenido sus estimaciones para 2024 y 2025, cuando la tasa se situará en el 12,3% y el 12%, respectivamente.

De su lado, el organismo ha mejorado sus estimaciones de ingresos y gastos para este año, ya que el déficit público quedará en 2023 en el 4,1% del PIB y bajará al 3,5% en 2023, dos décimas menos que las pasadas previsiones. Tras este descenso, el déficit volvería a subir al 4,4% en 2025 –frente al 4,5% previsto previamente–.

Según el Banco de España, los ingresos públicos han venido mostrando residuos positivos –«que no pueden explicarse»– en los últimos años, si bien advierte de que el aumento previsto del gasto público implicará que el déficit público se mantendrá en niveles relativamente elevados en los próximos años, de ahí la necesidad de iniciar «cuanto antes» un proceso de consolidación fiscal.

En cuanto a sus estimaciones para la deuda en 2023, el organismo ha empeorado sus previsiones tras situarla ahora en el 111,1% del PIB, frente al 110,6% previsto anteriormente. De cara a 2024, la deuda se situará en el 108,8% del PIB y subirá ligeramente en 2025 al 109,9%.

RIESGOS EN UN CONTEXTO DE INCERTIDUMBRE MUY ELEVADA

El Banco de España afirma que en un contexto de incertidumbre «muy elevada», que se ha visto incrementada por las recientes tensiones financieras globales, los riesgos sobre estas proyecciones están orientados a la baja en términos de la actividad económica y aparecen equilibrados con respecto a la inflación.

Un riesgo, añade, que era ya «relevante» pero que ha cobrado una «importancia mayor» es la posibilidad de que se produzcan «turbulencias adicionales en los mercados financieros», con efectos a la baja sobre actividad y precios, que tendrían lugar a través de un doble canal: un empeoramiento de la confianza y un tensionamiento de las condiciones financieras más intenso de lo anticipado.

Por otro lado, también hay riesgo al alza sobre una hipotética traslación más rápida de los descensos recientes del precio de la energía al resto de los precios de consumo, lo que favorecería una menor inflación y un mayor repunte de la demanda interna.

En sentido contrario, aunque se han atenuado los riesgos de que se agrave la persistencia del actual episodio inflacionista, no se puede descartar aún que se produzca un proceso de «realimentación» entre los crecimientos de los precios y los salarios. Finalmente, por lo que respecta al ámbito externo, son inciertos los efectos de la reapertura de la economía china sobre la actividad y la inflación a escala global.

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