El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha asegurado este martes que «todavía no está dimensionado el proceso de reestructuración» que se llevará a cabo tras el cierre de la fusión con CaixaBank, pero tratará de que, «en la medida de lo posible», la mayoría de las salidas de trabajadores sea voluntaria y «se basará estrictamente en criterios de meritocracia».
Así lo ha manifestado durante la Junta General Extraordinaria de Accionistas de Bankia, que se ha celebrado este martes en el Palacio de Congresos de Valencia, en respuesta a los representantes sindicales que han intervenido para reclamar «equilibrio» entre hacer de la nueva entidad resultante una empresa viable y las condiciones laborales de los trabajadores.
Desde los sindicatos han expresado la «incertidumbre» que vive la plantilla de Bankia ante la futura absorción de esta entidad por Caixabank. Por este motivo, UGT se han abstenido en la votación hasta conocer el alcance de la reestructuración, mientras otros sindicatos como SESFI, UOB o CGT han expresado su rechazo a la fusión y han votado en contra.
En representación del sindicato independiente ASIP, José Coch ha tomado la palabra para reclamar un «equilibrio» entre la necesidad de hacer la empresa viable y garantizar unas buenas condiciones laborales para la plantilla. En la misma línea, desde SATE, José Antonio Muñoz ha advertido al Consejo de Bankia que «tienen el deber moral de proteger a los suyos» y ha pedido que la salida de empleados sea voluntaria y teniendo en cuenta la edad.
Desde la UOB, Juan Reynes ha mostrado su «disconformidad» con la fusión y ha argumentado que en lugar de sinergias, lo que conllevará es «el cierre de sucursales, menos servicio a la ciudadanía y el despido de miles de trabajadores».
Igualmente, el representante sindical de CGT, Juan Vicente Calderón se ha manifestado «absolutamente en contra» de la absorción de Bankia por CaixaBank, un proceso que considera «profundamente antisocial». Y ha lamentado que «un Gobierno progresista renuncie a la posibilidad de una banca pública».
También del Sindicato de Empleados del Sector Financiero (SESFI), Alberto Martín, ha criticado que habrá empleados que «queden por el camino», por lo que ha votado en contra de la fusión. Y ha lanzado un aviso: «No toleraremos medidas traumáticas».
Desde su punto de vista la fusión traerá consigo una «presión brutal» sobre la plantilla para conseguir objetivos y con ello «estrés, frustración y amargura», a lo que se suma la incertidumbre por la posibilidad de sufrir movilidad geográfica. Pero «solo somos daños colaterales», ha sentenciado.
Por su parte la Asociación de Profesionales de Bankia (ACB) ha reclamado un «reconocimiento explícito» a los profesionales que de la entidad bancaria que han luchado todos estos años con «compromiso y sacrificio» y ha pedido que se «vele por la integración plena de los trabajadores» en la futura entidad.
Daniel Esteban, de UGT, ha explicado que el sindicato se abstiene en la votación porque no hay datos de cómo afectará a la plantilla y ha advertido que el reto ahora es «minimizar la destrucción de empleo».
En otro orden de cosas, ante las quejas de un ex empleado, Goirigolzarri ha explicado que cuando una persona que trabaja en Bankia tiene una desvinculación laboral, lógicamente se le desvincula de la póliza colectiva para empleados.
Sin embargo, a todos los ex empleados se les ofrece la incorporación a otra póliza colectiva con Mapfre, que ofrece ventajas sobre las individuales. En este sentido, ha dicho que Bankia Mediación hace un seguimiento de las mismas, pero lamentablemente se rigen de acuerdo a criterios comerciales de la aseguradora.