Los adultos, al final del día, suelen sentir estrés, cansancio y se quejan de lo difícil que fue haber crecido en un mundo tan caótico, con todas sus responsabilidades y preocupaciones. Es por esto que muchos de los grandes no pueden evitar ver a sus hijos, sobrinos o vecinos pequeños con cierta nostalgia, recordando que la vida en esas edades solía ser un poco más sencilla y que un día exitoso era aquel en el que se podía jugar y aprender.
Aunque no es posible devolver el tiempo y convertirse nuevamente en niños, si es posible acceder a estrategias que permitan abrirle la puerta a ese niño interior que todos los días espera a que su yo adulto lo salude y juegue con él. Este es el trabajo de Dario Jaenisch, un profesor de teatro y director de la academia WOW Cuéntalo Ya, quien ha diseñado un completo método de enseñanza con el que espera revolucionar las clases de teatro para adultos.
Asistir a clases de teatro para adultos
Jaenisch está convencido de que no existe edad para jugar a ser otro. Algo que destaca de los niños es que la fuente de su diversión radica en la oportunidad que se dan a sí mismos de montar una puesta en escena sin juicios, sin caer en lo que debiera ser, en lo «bien y mal hecho, en la que simulan realidades, interpretan otros papeles y dan rienda suelta a su espontaneidad sin tener que hacer caso a los ojos críticos de los otros. Es por esto que el teatro se vuelve una herramienta poderosa para conectar con ese sentimiento de felicidad que tienen los niños al jugar, maximizando el bienestar y logrando la calma que no permite el tráfico, la compra, la renta o el trabajo.
Jugar como niños
Estas clases de teatro buscan reconectar con el niño interior y dar rienda suelta a la espontaneidad que todos llevan dentro, lo que no quiere decir que con la llegada a la adultez todo esté perdido. Los años le permiten a las personas madurar, aprender más cosas, obtener experiencias significativas y conocer gente maravillosa con las cuales compartir todo lo bonito que trae el vivir en la tierra. Es por esto que durante las sesiones también se busca establecer vínculos con otros adultos y estimular la creatividad innata de cada persona, partiendo de sus propias experiencias de vida y sus características de personalidad.
Jaenisch espera que en cada sesión se compartan momentos que enriquezcan el crecimiento de aquellos que, aunque ya dejaron de ser niños, tienen el derecho y la posibilidad de crear, aprender y divertirse. Por tal motivo, este profesor ha decidido abrir las puertas de su academia para dictar clases de teatro para adultos que quieran volver a ser niños sin meterse en una máquina del tiempo.