El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha considerado de «extrema urgencia» la adopción de «medidas de choque» para una rápida recuperación de la economía y del empleo ante la actual crisis provocada por el Covid-19.
No obstante, el directivo ha advertido de la necesidad de ser «especialmente cauteloso» con determinados agentes económicos que «seducen con cantos de sirena anunciando comprar bienes a la llegada de un nuevo modelo económico que aspira a nutrirse al calor del Boletín Oficial del Estado».
En su participación en un acto de presentación de la publicación ‘Energía y Geoestrategia 2020’, realizada por el Comité Español del Consejo Mundial de la Energía (CECME) y el Club Español de la Energía (Enerclub), Brufau señaló el papel «clave» que debe jugar en esta reactivación de la economía la industria y la digitalización, «y más en un país como España, cuyo PIB ha sido uno de los más castigados a nivel europeo y mundial».
Por ello, pidió a los estamentos públicos que «apoyen y refuercen» el papel del sector industrial, tecnológico y productivo. «De la mano de la industria, con su generación de productos de calidad, y la innovación, podríamos salir reforzados de esta crisis en la que nos encontramos», dijo.
En este sentido, el presidente de Repsol consideró que la pandemia ha puesto de manifiesto «la ineficacia» de un modelo globalizado en el que China «se erigía como el gran fabricante que abastecía al resto del mundo», cuando aplica «diferentes reglas» de mercado y producción de las de los países occidentales.
«Es llamativo que mientras que en el mundo se entra en una gran recesión provocada por los efectos del Covid, China, el país en el que se inicia todo, sale reforzada como gran ganador», advirtió.
UNA INDUSTRIA FUERTE
Así, consideró que esto ha demostrado «la imperiosa necesidad» de contar con un modelo industrial fuerte que garantice la seguridad de suministros y de las reservas estratégicas y la competitividad económica frente a otros agentes.
Brufau, que destacó los «esperanzadores» avances hacia la normalidad en Libia, país en el que el grupo esta presente, tras años de conflicto social y político, y el castigo económico también por la pandemia en Latinoamérica, aseguró que la situación económica mundial actual «ha supuesto un punto y aparte en la vida cotidiana».
«Las tasas de desempleo han experimentado un crecimiento exponencial que no observábamos durante la crisis de 2008, Las economías se han desmoronado y los tejidos industriales y productivos están tremendamente debilitados. La consecuencia, es una sacudida en todos los sistemas energéticos y en los equilibrios geopolíticos establecidos antes de la pandemia», señaló al respecto.