La Comisión Europea ha vetado la venta de la filial británica de Telefónica, O2, al grupo Hutchinson. Bruselas ha tomado decisión porque considera que la adquisición provocaría una subida de los precios, perjudicaría la innovación en el sector de las comunicaciones móviles y afectaría a las posibilidades de elección de los consumidores de Reino Unido.
El organismo europeo ha determinado, tras un exhaustivo análisis, que la operación eliminaría un competidor importante del mercado, por lo que dejaría a dos operadores de redes móviles en el mercado (Vodafone y Everything Everywhere, de BT). «permitir que Hutchison adquiriera O2 en las condiciones que proponía habría sido perjudicial para los consumidores del Reino Unido y para el sector de las comunicaciones móviles», explicó la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.
A ello añade que la fusión de Three y O2 les convertirían líderes en el mercado con una cuota superior al 40% y habría tenido “muchos menos incentivos para competir con Vodafone y EE”, lo cual reduciría las posibilidades de elección y a la calidad del servicio para los consumidores británicos.
Hutchison ofreció contrapartidas para abordar estas precupaciones, pero el Ejecutivo comunitario considera que “no resolvían los problemas estructurales creados por la perturbación de los actuales acuerdos de uso compartido de red en el Reino Unido” y que tampoco suplían la competencia debilitada en los mercados de telecomunicaciones móviles minorista y mayorista.