Alarma y preocupación está causando en los propietarios de vehículos turismos, así como de taxis, camiones y autobuses propulsados por gas natural, la brutal subida en más de un 100% que ha experimentado el precio del gas vehicular, denominado GNC, en las estaciones de servicio en la última semana, situándose en precios record nunca hasta ahora vistos, y con la previsión de que se siga encareciendo más aún en las próximas semanas, dada la preocupante evolución del precio del gas en los mercados internacionales.
Así, según las numerosas quejas que han transmitido a FENADISMER, la Federación de Asociaciones de Transporte de España, tanto conductores particulares como taxistas y transportistas que consumen este tipo de carburante, frente a un precio la última semana de Diciembre en surtidor de 1´10 euros/kg se ha incrementado esta semana a los 2´20 euros, teniendo en cuenta además que a principios del año pasado el precio en surtidor se situaba en torno a los 0´80 euros.
Ello, está disuadiendo a muchos de los conductores afectados de seguir consumiendo gas natural en sus vehículos, optando por suministrarse, en aquellos casos que cuentan con doble depósito gasóleo de automoción por ser en la actualidad más barato, pese a ser mayor el potencial contaminante del diesel frente al gas natural. Hay que tener en cuenta que el gas natural vehícular reduce las emisiones de óxidos de nitrógeno en un 85%, del CO2 de hasta un 25% y elimina totalmente las emisiones de azufre, por lo que sus ventajas medioambientales son indiscutibles. De hecho los vehículos propulsados por gas natural tienen reconocida la etiqueta medioambiental ECO, lo que les permite acceder a las Zonas de Bajas Emisiones establecidas en las ciudades.
Dicha situación se produce en pleno debate en el seno de la Unión Europea sobre la consideración el gas natural como energía verde. Así frente a la propuesta de la Comisión Europea favorable a su inclusión, algunos países como España se oponen a ello. Así lo señaló el pasado domingo la Ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya que a su juicio tanto la energía nuclear como el gas natural “no son energías verdes ni sostenibles”.
Para FENADISMER, manifestaciones como ésta, transmiten un mensaje confuso para el sector del transporte por carretera, que en los últimos años venía haciendo una decidida apuesta por las energías alternativas al diesel, adquiriendo vehículos propulsados por gas natural, que es la única tecnología de propulsión para el transporte pesado viable a día de hoy, pese a que el coste de adquisición es un 30% más caro que su idéntica versión en diésel, ya que ni los camiones eléctricos, cuya oferta es muy escasa y limitada a ámbitos urbanos, ni los propulsados por hidrógeno, que son aún inexistentes, son opciones reales ni a corto ni a medio plazo.