Cada español gastó de media 429 euros en ropa en 2018

EAE Business School (www.eae.es) ha publicado el informe El sector textil en 2018 en el que se hace un análisis internacional, nacional y autonómico de la moda. Del estudio se extrae que la media de gasto per cápita en ropa en España en 2018 fue de 429,3 euros. Si a la ropa se le añade el calzado, el gasto en 2018 aumenta a 565,7 euros per cápita. Las previsiones para 2019 ascienden a 438,5 euros anuales per cápita.  Y se prevé que para 2023 este gasto crecerá un 16%.

Las comunidades autónomas que más gastan en ropa son Cataluña con 5.878,4 millones de euros; en segundo lugar, Andalucía con 5.641,68 millones de euros; en tercer lugar, Comunidad de Madrid con 4.438,72 euros;  y, en cuarto lugar, la Comunidad Valenciana, con 3.380,96 euros. “Estas comunidades suponen más del 60% del gasto total. Así ha sido durante los últimos años y la tendencia es que este escenario se mantenga. Sin embargo, la brecha respecto a otras áreas del Estado Español se va reduciendo en cuanto al gasto por persona. Las diferencias en el futuro estarán sobre todo determinadas por el volumen de población”, explica Eduardo Irastorza, autor del estudio.

Según el estudio de EAE en 2009 el sector textil español alcanzó máximos históricos. Después de aquello sus cifras de resultados siguieron una tendencia a la baja que tocó fondo en 2012. Tras esa fecha la recuperación ha sido lenta, apenas unos cientos de millones cada año, y hasta el pasado 2017 no podemos hablar realmente de haber alcanzado y superado aquellas lejanas cifras. En los próximos años se espera que esta suave tendencia al alza se mantenga y consolide.

Las empresas españolas de moda líderes de venta en España son Zara con 1.705,48 millones de euros de facturación, Punto Fa – Mango- con 1.590,2 millones de euros y Bershka con 1.251,65 millones.

Por otro lado, algunas de las marcas textiles españolas que influencers, bloggers y expertos en moda señalan como las de más potencial son Mi&Co, Yellow and Stone, Masscob, PepaLoves, Cortana, Kling y Brownie, entre otras.

MODA EN EUROPA Y EL MUNDO

España se consolida como el tercer mayor exportador de moda europeo. Sus ventas alcanzaron los 14.300 millones de euros en los once primeros meses de 2017, con un signi­ficativo incremento anual del 10%, cifras que hablan del dinamismo de este sector en nuestro país. Italia mantiene el liderazgo con 26.600 millones de euros y Alemania con 22.800 millones de euros ocupa la segunda posición.

Los países con mayores ingresos por comercio electrónico de moda en 2018 son China (195,166 millones de dólares),  Estados Unidos (103,019 millones de dólares), Reino Unido (29,615 millones de dólares), Alemania (19,612 millones de dólares) y Japón (16,746 millones de dólares). El gasto internacional en prendas de vestir también está liderado por estos cinco grandes países: China, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Japón. Tres occidentales y dos asiáticos.

Los países que mayor crecimiento han tenido en el sector textil durante el último año son en su mayoría asiáticos: Indonesia, Irán, Vietnam, Corea del Sur, Uzbekistán, Japón, India… Irán es la novedad más destacada. Su decidida vocación de líder en oriente medio y en el mundo islámico le lleva a diversificar su industria y a apostar con decisión por otros sectores como éste.

CLAVES DE FUTURO EN EL SECTOR TEXTIL

Pocos sectores tienen algo que enseñarle al sector textil respecto a la excelencia en la gestión de la obsolescencia planificada, un concepto tan en boga sobre todo en los dispositivos electrónicos. Sin embargo, aún puede sacar mucho más partido a este concepto en el futuro. La razón: una atractiva y coordinada gestión de las tendencias a través de las redes sociales, en quienes han encon­trado un poderoso aliado. Los avances en smart data, gestión de la producción y en logística permiten poner en el mercado ideas que acaban de surgir. Es indu­dable que el número de eso que llamamos “fashion victims” y de “early adopters” crece constantemente, sobre todo en Oriente, a todos los niveles y en todas las edades, lo cual supone una sólida base para lanzar constan­temente moda que haga pasar de moda a la moda.

Por otra parte, las grandes marcas seguirán siendo occidentales mientras que toda la producción seguirá situándose en los países de Oriente. El turismo de moda ya se ha convertido en una obligación para todo asiático que visita Europa mientras que los países de Oriente trabajan 24 horas al día sin detener su maquinaria para los occidentales. El modelo chino está siendo replicado con “desigual éxito” por Indonesia, Pakistán, Bangla Desh, India y Filipinas.

“China aspira a controlar toda la cadena de valor de sus productos. La ambiciosa macro estrategia one road, one belt que planifica la actuación global y coordinada de todo el comercio y la economía china es una buena prueba de  esa voluntad”, explica Irastorza. En este sentido, asegura que será “muy difícil para Occidente aunar sus esfuerzos para competir contra el gigante asiático dadas las diferencias en sus intereses y políticas. Además, Occidente cedió su producción a cambio de mayores beneficios puntuales y con fecha de caducidad”.

Otra tendencia del sector textil es la sostenibilidad. “La solución pasa por una legislación mundial exigente respecto al tipo de tejidos que la industria textil debería emplear y el establecimiento de dinámicas de reciclaje tan exigentes, al menos, como las que se tratan de aplicar con los plásticos y que ya están implementando algunos de los principales players como Inditex o Hennes a Mauritz’, revela el estudio.

Asimismo el informe de EAE Business School habla de “polarización de las marcas”. Los consumidores actuales, sobre todo en Occidente, optan por marcas de lujo (Chanel, Dior, Loewe…) o por marcas de precio (Zara, Mango, H&M). En este sentido, Irastorza no recomienda una segunda marca de lujo con el fin de ampliar el mercado.

Por último el informe indica las últimas tendencias del sector textil, que pasan por el aumento de la eficiencia logística, el uso del big data para adaptarse a los gustos del consumidor, la venta on-line – la mayoría de compras se hacen por la noche desde un dispositivo digital-; o la ropa inteligente – que puede emitir señales de alarma térmica si nuestra actividad aumenta, por ejemplo-.